Cómo ayudar a tu hijo adolescente a disfrutar con la lectura (un consejo para la edad crítica)

La adolescencia está llena de tópicos. Uno señala que la lectura no es su principal afición. Sin embargo, muchos jóvenes leen de manera frecuente, de diferentes maneras y en lugares diversos: en casa, en la calle, en los perfiles de sus amigos con cuenta en una red social o en la pantalla del cine. Con nuestra ayuda los jóvenes pueden disfrutar aún más de la lectura. ¿Qué debo saber?

¿Disfrutar de la lectura en la adolescencia? 

La adolescencia está llena de tópicos. Uno señala que la lectura no es su principal afición. Sin embargo, muchos jóvenes leen de manera frecuente, de diferentes maneras y en lugares diversos: en casa, en la calle, en los perfiles de sus amigos con cuenta en una red social o en la pantalla del cine. Con nuestra ayuda los jóvenes pueden disfrutar aún más de la lectura.

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¿Qué debo saber?

·      Los jóvenes son nativos digitales, prácticamente han aprendido a hacer clic en el ratón del ordenador antes que a leer. Consumen todo tipo de formatos pues han crecido rodeados de ellos; son lectores, espectadores e internautas a la vez. Utilicemos todos los cauces que nos ofrece esta circunstancia a la hora de descubrirles una buena historia.
·      Han crecido en un entorno multicultural que les facilita diversificar sus conocimientos. Fomentemos y aprovechemos algo tan inherente al adolescente como es la curiosidad.
·      Una buena biblioteca familiar y la observación de hábitos de lectura en las personas de su entorno más cercano  son refuerzos siempre positivos.
·      Animémosles a intercambiar con sus amigos sus opiniones sobre lecturas, ya sea en sus conversaciones virtuales como cara a cara. Ellos son los mejores recomendadores.
·      Pero, ¿y si se cansa de leer? Frente a la inconstancia, hay que recurrir a libros que potencien la imagen. Los adolescentes están expuestos continuamente a ellas y son consumidores compulsivos de lo visual.
·      Si sus horarios cargados de actividades no les dejan leer todo lo que quisieran, adecuemos la lectura a su escaso tiempo libre ofreciendo o sugiriendo formatos breves, o que permiten una lectura más ágil (cuentos, cómics, poesía...)
 
Y una advertencia: no esperemosni exijamos que finalicen siempre una lectura. El espíritu adolescente es inquieto y muy a menudo inconstante, y no permanecerá fácilmente encerrado entre páginas que no le entusiasmen. En lectura, vale más la regularidad que la cantidad.

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