No se aprende historia leyendo novela histórica

La investigación sobre el impacto de la lectura en soporte digital que lleva a cabo la Fundación en el marco del proyecto Territorio ebook ha puesto en cuestión la creencia de que se aprende historia leyendo novela histórica.

La investigación sobre el impacto de la lectura en soporte digital que lleva a cabo la Fundación en el marco del proyecto Territorio ebook ha puesto en cuestión la creencia de que se aprende historia leyendo novela histórica.

La advertencia la ha realizado Emilio Sánchez Miguel, profesor del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Salamanca, tras el análisis de la experiencia de cuarenta personas mayores de 55 años que han leído la novela histórica El manuscrito de piedra, de Luis García Jambrina.

La apreciación es común a los dos grupos de lectores que participaron en la experiencia, tanto los que leyeron por su cuenta como los que lo hicieron en el taller de lectura y las actividades organizadas por las bibliotecas de la Fundación en Salamanca y Peñaranda de Bracamonte.

En la novela, ambientada en la Salamanca del finales del siglo XV, conviven personajes verídicos como el escritor Fernando de Rojas, el infante don Juan, el inquisidor Diego de Deza o el profesor de filosofía moral de la universidad de Salamanca, Fernando de Roa, con otros de ficción como la propia Celestina.

Entrevistas y cuestionarios sirvieron a los investigadores para verificar la comprensión lectora y una visita guiada por la ciudad ilustró a los lectores acerca de los escenarios de la historia.

De las respuestas los investigadores han deducido que los lectores recuerdan con precisión la trama policíaca de la novela dejando de lado elementos del contexto histórico en el que ocurre. Asimismo, los lectores valoran de la misma manera el comportamiento de los personajes de ficción y el de los que responden a modelos verídicos.

Por otra parte, los lectores reconocieron que pudieron reavivar su conocimiento de Diego de Deza, el infante don Juan o Fernando de Roa aunque sin ampliar sus conocimientos históricos del siglo XV. La visita guiada a la ciudad tampoco parece haber enriquecido la visión histórica que se hicieron los lectores leyendo la novela pues a ninguno de ellos le modificó la representación previa que tenía de la ciudad.

 

 


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