Claves para reconocer y valorar una novela realista para niños y jóvenes

Relatos que aportan miradas particulares de la realidad y muestran experiencias individuales y colectivas con las que el lector se puede identificar o ampliar sus mundos, internos o externos.

La narrativa realista propone una aproximación a la realidad a través de su temática, de sus personajes y de sus modos narrativos. El enfoque del tratamiento realista puede ser más intimista, centrado en la vida cotidiana o conflictos de un personaje, o desplazarse hacia un colectivo social, con aproximación descriptiva o crítica.

Estos relatos aportan miradas particulares de la realidad, muestran experiencias individuales y colectivas con las que el lector se puede identificar o ampliar sus mundos, internos o externos.
 
En estas obras valoramos…
·     El tema: que exploren nuevas temáticas y las aborden con un tratamiento adecuado, sin caer en los tópicos y la superficialidad.
·     La acción: que el argumento no sea una simple sucesión vertiginosa de acontecimientos, sino que éstos se desarrollen de forma lógica y justificada.
·     El desarrollo de la historia: que aporten nuevas formas de narrar, que no se limiten a repetir fórmulas de éxito sin mayor riesgo ni originalidad.
·     Los finales: que no sean previsibles ni se planteen fáciles y falsas soluciones a problemas serios.
·     Los personajes: que sus acciones estén justificadas y haya una coherencia lógica entre los hechos y los protagonistas.
·     El lenguaje utilizado: que el vocabulario sea rico, preciso en las descripciones y en la caracterización de ambientes y con adecuación de los registros.
·     La adecuación al lector: que conecten con los intereses del lector pero que no se limiten a ser una mera fotografía de la realidad, sin aportar nada.
·     El propósito: que no sea una literatura “dirigida a”, de puro didactismo, que tengan ambición literaria, que contribuyan a despertar en el lector una actitud crítica y de respeto hacia los valores sociales.

© Copyright Fundación Germán Sánchez Ruiperez, 2010