Indagando en las nuevas formas de crear y contar

Las tecnologías digitales evolucionan rápido y sus aplicaciones alcanzan prácticamente a todos los ámbitos de la vida. ¿Qué impacto tendrán en la nueva foma que adoptarán los libros, en la manera de contar historias? Cuestiones consustanciales al desarrollo de esta realidad emergente...

En estos tiempos en los que las nuevas tecnologías avanzan tan rápido y encuentran aplicación en prácticamente todos los ámbitos de la vida, surgen dudas en cuanto a las nuevas formas que adoptarán los libros y la manera en que se contarán las historias.

 

Chris Medows colaborador habitual en Teleread, lanza desde el título de su último artículo la siguiente pregunta: Is adding sound and video to books really the best way to “create a new narrative form? (Añadir sonidos y videos a los libros ¿es la mejor manera de crear una nueva forma de narrar?)

 

Para dar respuesta a esta cuestión, Medows hace alusión al artículo de Richard Beard, Director de la National Academy of Writing, aparecido en The Literary Platform: How Writers can help create a new narrative form (Cómo pueden ayudar los escritores a crear una forma narrativa nueva).

 

En él, Beard señala cómo, en este momento de desarrollo de las lit apps (aplicaciones literarias), todo el mundo -excepto los escritores-, pretenden hacer negocio con estos textos basados en pantallas. En la mayoría de casos se trata de títulos que ya existían a los que se les han añadido sonidos y/o vídeos. Son, en definitiva, una triste imitación de los extras que se ofrecen en un DVD.

 

    

 

Así como los editores están ocupados en rehacer en formato digital los títulos que ya tienen en su base de datos, los estudios de diseño digital están más empeñados en innovar, conscientes de la importancia de “ser los primeros”. En su opinión, lo que quieren tanto los estudios de diseño como los escritores es que los editores les apoyen y se dejen llevar por lo excitante del momento literario que se está viviendo, en vez de evitar riesgos constantemente y limitarse a reenvasar lo conocido.

 

Beard menciona dos estudios de diseño, ustwo y Nosy Crow, que en su opinión están desarrollando unas herramientas muy interesantes y creando materiales híbridos que ni son totalmente ni un libro ni una película. Los diseñadores tienen las herramientas, sólo necesitan de escritores capaces de crear historias en las que tengan cabida dichas herramientas, que no tengan miedo de emplearlas y que conozcan el valor de ser los primeros. En palabras de Beard, los escritores harían mejor en colaborar directamente con los desarrolladores.

Medows, por su parte, cree que hay muchas posibilidades para las nuevas formas de crear y contar historias. Pero también es consciente de que la mayoría de los experimentos de comercialización en masa de cuentacuentos colaborativos han desaparecido de la faz de la tierra, y de que debemos alejar de nuestra mente la idea recurrente de que crear una nueva forma narrativa consiste simplemente en mezclar un libro y una película

 


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