¿Deberían las bibliotecas salirse del mercado de los eBooks?

¿Deberían salirse las bibliotecas del mercado del libro electrónico? Esta es la duda que plantea Bobbi Newman en un post publicado en su blog Librarian by Day. Aunque pueda parecer una solución extrema, lo que esta bibliotecaria norteamericana propone es mantenerse un poco a la espera hasta que todo se normalice y aparezca un sistema mejor de gestionar los servicios de préstamos de obras electrónicas.

¿Deberían salirse las bibliotecas del mercado del libro electrónico? esa es la duda que plantea Bobbi Newman en un post publicado en su blog Librarian by Day. Aunque pueda parecer una solución extrema, lo que esta bibliotecaria norteamericana propone es mantenerse un poco a la espera hasta que todo se normalice y aparezca un sistema mejor de gestionar los servicios de préstamos de obras electrónicas.

Muchos bibliotecarios creen que deben responder siempre y de manera efectiva a todas las peticiones que planteen sus usuarios, pero en opinión de Bobbi Newman, esto es imposible. Lo que sí que considera conveniente es plantearse la forma más inteligente de utilizar el dinero de los impuestos, por lo que se muestra convencida de que gastarlo en el sistema del libro electrónico tal y como está concebido en la actualidad, no es lo más acertado.

En el análisis que realiza Newman sobre la demanda de estos materiales, sostiene que los bibliotecarios dedican más tiempo a todo lo relacionado con los eBooks que la mayoría de la población. Ya que, si se observa el tanto por ciento de personas que poseen un lector electrónico o una tableta, éste sería de aproximadamente un veintinueve por ciento, y no todos ellos utilizan estos dispositivos para leer libros.

Bobbi Newman, dedicada a ayudar a las bibliotecas a encontrar su sitio en la era digital, considera que es una auténtica pesadilla el momento en el que la biblioteca pública se decide a analizar el proceso a seguir para introducir los libros electrónicos entre sus servicios. Hay que tener en cuenta, precisa Newman, que si la biblioteca decide prestar eBooks, los usuarios deben contar con una serie de condiciones: disponer de un dispositivo compatible, un ordenador capaz de ejecutar Adobe Digital Editions, una conexión a internet buena, tener conocimientos de tecnología para poder configurar todo y que funcione correctamente. Si todo va bien, ¡estupendo!, pero si algo sale mal, las culpas recaen siempre sobre el bibliotecario o la bibliotecaria encargados del préstamo, asegura Bobbi Newman. A su parecer: “lo mejor que le ha podido pasar en el proceso de préstamo de libros electrónicos, ha sido la alianza con Amazon que ha permitido que esto se pueda llevar a cabo de forma inalámbrica”.

La bibliotecaria manifiesta su conformidad por la llamada realizada desde el blog Guy LeCharles Gonzales cuando dice: “Deja de comprar libros electrónicos a cualquier precio y bajo cualquier condición. Dejemos que los editores se peleen con Amazon y cuando el polvo por fin se asiente (que lo hará) y aparezca un modelo de negocio viable (que aparecerá), comienza a negociar otra vez que aquel que todavía quede en pie”.

Mientras tanto, continua esta bibliotecaria, las bibliotecas deberían de dejar de comprar libros electrónicos hasta que haya una situación real y viable, y redirigir ese dinero destinado a los eBooks a iniciativas más tangibles en cada comunidad: “que no se me malinterprete, no creo que debamos dejar de buscar una solución o de abogar por nuestros usuarios, pero creo que deberíamos de dejar de tirar el dinero en soluciones que no son del todo buenas".

Para finalizar, Newman ofrece una serie de enlaces a otros tantos artículos sobre la misma idea. También recomendamos un artículo sobre el préstamo de libros electrónicos en bibliotecas públicas publicado en Lectura Lab

 

 


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