El desafío para Pottermore es convertirse en un negocio digital, según P. Jones

Tras el lanzamiento oficial de la edición electrónica de los libros de Harry Potter, muchos artículos han analizado hasta el más mínimo detalle de esta operación y los cambios que se pueden producir en el más que “revolucionado” mundo editorial, en especial en lo referente a la disponibilidad para cualquier plataforma o la supresión del DRM. Philip Jones, editor adjunto de The Bookseller, manifiesta su entusiasmo y también su incertidumbre ante estas nuevas opciones.

Tras el lanzamiento oficial de la edición electrónica de los libros de Harry Potter, muchos artículos han analizado hasta el más mínimo detalle de esta operación y los cambios que se pueden producir en el más que “revolucionado” mundo editorial, en especial en lo referente a la disponibilidad para cualquier plataforma o la supresión del DRM. Philip Jones, editor adjunto de The Bookseller, manifiesta su entusiasmo y también su incertidumbre ante estas nuevas opciones.

Hace tiempo, este editor expresó tener serias dudas sobre la capacidad de Pottermore para distribuir eBooks a todas las plataformas. En el momento en el que firmó el acuerdo con Amazon, se despertó la curiosidad de todos los observadores ya experimentados en estas lides. Mike Shatzkin publicó en su blog, que se trataba, con diferencia, de la mayor concesión que se le había arrancado nunca al gigante editorial.

Sea como fuere, continúa Philip Jones, Pottermore ha creado la primera tienda electrónica que sigue un modelo de agencia que, en su opinión, otros editores deberían observar con “envidia”. “Este nuevo modelo ha establecido un antecedente ¿Qué posibilidades hay de que otros editores sigan su ejemplo?: todavía parece poco probable, añade, pero ya no es imposible”.

El verdadero “truco de prestidigitación”, como lo denomina Jones, es cómo Pottermore ha gestionado los derechos digitales. No hay que olvidar que un cliente puede descargarse cada eBook hasta un total de ocho veces, incluso si opta por un archivo en formato ePub sin DRM. Solo si ese cliente se descarga el libro en su Kindle o en su Nook se le aplica el DRM.

Este editor le pidió a Charlie Redmayne, director ejecutivo de la plataforma, que le aclarase quién aplicaba este código de protección. “Cuando un usuario -argumentó Redmayne- decide descargarse un libro electrónico en su dispositivo, Pottermore envía un mensaje al minorista con el archivo correspondiente para el dispositivo elegido […] y es el minorista el que proporciona el archivo a través de su propio ecosistema”. Por consiguiente, el minorista aplicará el sistema DRM con el que opere. Si se trata de un archivo para Kindle, se le aplicará el control de protección que tiene este dispositivo. La causa, añadió Redmayne, es que la plataforma no tiene acceso al archivo para aplicarle una marca de agua.

Ante esta situación, muchos blogueros creen que la empresa de alguna manera no ha cumplido su compromiso de lazar versiones libres de DRM, aunque por otro lado, otros muchos han pronosticado que estos libros electrónicos serán todo un éxito.

La tarea ahora, según este editor, es convertir todo esto en un auténtico negocio digital. Los libros en su versión en papel fueron todo un éxito y generaron unas ventas de casi cinco millones de euros en 2011 sólo en Reino Unido. Redmayne se mantiene prudente y no cree que las ventas de los eBooks superen a las de las versiones en papel.

Aún así, Jones tiene la sensación de que las cosas buenas están por llegar. Uno de los proyectos que están todavía en el aire es el de distribuir libros enriquecidos a través de esta plataforma, pero no está todavía confirmado. Ahora bien, algo que se debe hacer, en su opinión, es lograr un acuerdo con Apple, en los mismos términos que ya consiguió con Amazon: “¡Eso si que sería realmente mágico!” -concluye Jones.
 


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