Escepticismo de Shatzkin sobre la relación entre bibliotecas y compra de eBooks

A raíz de la aparición del informe Pew sobre internet, Mike Shatzkin analiza alguno de sus datos en un post que ha publicado en su blog The Idea Logical Company. A este experto, el hecho de que los editores restrinjan el préstamo de libros electrónicos a las bibliotecas, le parece una decisión acertada. Algo que según él confirman los resultados obtenidos en esta investigación.

A raíz de la aparición del informe de Pew Research sobre internet, Mike Shatzkin analiza alguno de sus datos en un post que ha publicado en su blog The Idea Logical Company. A este experto, el hecho de que los editores restrinjan el préstamo de libros electrónicos a las bibliotecas, le parece una decisión acertada. Algo que según él confirman los resultados obtenidos en esta investigación.

Uno de los datos que mayor interés ha despertado en este analista, es el que asegura que algo más del cuarenta por ciento de los encuestados que habían pedido prestado un ebook en una biblioteca, también habían comprado la mayoría de los libros electrónicos que habían leído.

Para muchos, señala Shatzkin, esto puede significar que el temor de los editores a que los usuarios de las bibliotecas se vayan a negar a comprar libros electrónicos, puede ser exagerado. Incluso es posible, continúa, que el hecho de descubrir un eBook en una biblioteca, pueda conducir a la compra de un título por el que el usuario no puede esperar.

Pero, en su opinión, lo que le parece más probable, es que ante la imposibilidad de acceder a la inmensa mayoría de títulos comerciales, aquellos lectores a quienes les preocupa más lo que leen que lo que tienen que pagar, se vean forzados a comprar los títulos que no están disponibles en las bibliotecas. “Además es posible que los hayan descubierto en cualquier otro sitio” –asegura Shatzkin.

Molly Raphael, presidenta de la Asociación Americana de Bibliotecas (ALA), ha comentado que muchos de los usuarios que piden prestados libros electrónicos descubren un título pero se dan cuenta de que tienen que esperar hasta que el título esté disponible, por lo que se impacientan y acaban comprándolo.

Mike Shatzkin está de acuerdo con lo expuesto por Raphael y añade que también se puede dar la circunstancia de que desciendan considerablemente las ventas de libros si todas las editoriales comerciales hacen que sus títulos más populares estén disponibles sin ningún tipo de restricción.

Otro de los datos que ha llamado la atención a este experto es el alto porcentaje de estadounidenses que tienen un carnet de biblioteca: casi un sesenta por ciento. De este informe Shatzkin rescata otros datos: quecomo  el cincuenta y cinco por ciento de los lectores de libros electrónicos que tiene además carnet de una biblioteca, prefiere comprar sus propios eBooks; o que entre aquellos lectores digitales que prefieren pedirlos prestados, sólo un treinta y tres por ciento prefiere comprarlos y un cincuenta y siete por ciento prefiere sacarlos en préstamo.

Si todos estos porcentajes se combinan con el hecho de que muchos usuarios de biblioteca ni siquiera saben que en ellas se ofrecen libros electrónicos –añade Shatzkin–, se afianzaría la teoría de que aumentar la disponibilidad de libros electrónicos en las bibliotecas reducirá las ventas, más que estimularlas. 

 


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