ALA prepara parámetros sobre modelos de negocio deseables para el eBook

El grupo de trabajo Digital Content & Libraries de la American Library Association (ALA) está preparando una serie de parámetros con la intención de dar respuesta a los retos y dificultades que plantean los libros electrónicos a la comunidad bibliotecaria, centrándose en particular en los bibliotecarios públicos y los seis grandes grupos editoriales que no participan plenamente en el préstamo bibliotecario: HarperCollins, Random House, Hachette, Simon & Schuster, Penguin y Macmillan.

El grupo de trabajo Digital Content & Libraries de la American Library Association (ALA) está preparando una serie de parámetros con la intención de dar respuesta a los retos y dificultades que plantean los libros electrónicos a la comunidad bibliotecaria, centrándose en particular en los bibliotecarios públicos y los seis grandes grupos editoriales que no participan plenamente en el préstamo bibliotecario: HarperCollins, Random House, Hachette, Simon & Schuster, Penguin y Macmillan.

Robert Wolven, copresidente del grupo de trabajo y bibliotecario asociado de la Universidad de Columbia, ha declarado que las reuniones celebradas entre los seis grandes grupos editoriales y la dirección de la ALA durante el pasado año 2011 han sido fructíferas y constantes.

Asimismo, Wolven ha revelado durante la conferencia anual de la ALA, que se celebra en Anaheim (California) del 21 al 26 de junio de 2012, que aún no han acabado las reuniones establecidas con cada editorial y que los contactos en la mayoría de los casos están aún en curso.

Wolven, que se ocupa específicamente de los modelos de negocio para el libro electrónico y de los acuerdos de licencia, también está tratando de desarrollar posiciones negociadoras para ser utilizadas en estas discusiones editoriales.

Una idea que se discutió en la conferencia de la ALA fue el "informe de consumidores" para varios modelos de negocio de libros electrónicos, que probablemente formará parte de un informe que el comité distribuirá a todos los miembros en las próximas semanas. Según Wolven, con esto se pretende “elaborar un informe con la jerarquía de características deseables y no deseables en los modelos de negocios para el libro electrónico”.

Según informa Michael Kelley en un artículo aparecido en The Digital Shift, el informe de los consumidores proporcionaría una especie de sello de aprobación de un modelo de negocio y un conjunto de criterios para la evaluación.

Asimismo, según revela Wolven, la titularidad o propiedad de los libros electrónicos y la capacidad para moverlos de una plataforma a otra son consideradas características altamente deseables en esta jerarquía de parámetros.

Kelley indica que el grupo de trabajo Digital Content & Libraries de la ALA también está estudiando cómo pueden posicionarse mejor las bibliotecas en el espacio de la autoedición en el contexto digital.

Según Holly Yu, miembro del grupo de trabajo y coordinadora de recursos electrónicos en la California State University de Los Ángeles, el caso de Canadá podría proporcionar alguna orientación ya que el Consejo de Bibliotecas Urbanas de Canadá (Canadian Urban Libraries Council) y la organización eBOUND Canada han emitido una solicitud de información (RFI) para buscar vendedores que construyan una infraestructura de libros electrónicos a nivel nacional.

El consejo ha declarado que el propósito de la solicitud de información es “identificar socios potenciales interesados en proporcionar una infraestructura controlada en Canadá para el almacenamiento y distribución de contenidos digitales, así como para la gestión de los acuerdos de préstamos y las transacciones entre las bibliotecas públicas, los editores y los usuarios de las bibliotecas”.

Asimismo, Yu afirma que Canadá aventaja a los Estados Unidos y que el grupo de trabajo podría abogar por un tipo de infraestructura similar a la canadiense, que al menos ayudara a aliviar la sensación de frustración que embarga a los bibliotecarios respecto de la variedad de interfaces a las que tienen que hacer frente cada día.

Nina McHale, administradora de sistemas de la Arapahoe Library District ,en Colorado, asegura que “incluso si tenemos tres plataformas la mejor opción es presentar una al usuario final”. “Estoy cansada de tener la responsabilidad, como técnico de mi biblioteca, de intentar encontrar una solución" –afirma McHale. “Es nuestro deber ofrecer nuestros servicios a nuestros usuarios, pero no deberíamos –sostiene McHale– tener que gastar decenas de miles de dólares en productos que no proporcionan una interfaz unificada”.


 


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