Escándalo en el Reino Unido porque algunos escritores utilizan cuentas sock puppets (falsas)

El escritor británico de novelas de terror Stephen Leather ha admitido recientemente la utilización de una cuenta falsa o sock puppet account para realizar comentarios y reseñas sobre sus propios libros. La periodista Laura Hazard Owen explica en un artículo publicado en PaidContent los motivos que llevaron a este autor a seguir esta práctica cada vez más común y qué repercusión ha tenido este escándalo en el Reino Unido.

El escritor británico de novelas de terror Stephen Leather ha admitido la utilización de una cuenta falsa o sock puppet account para realizar comentarios y reseñas sobre sus propios libros. La periodista Laura Hazard Owen explica en un artículo publicado en PaidContent los motivos que llevaron a este autor a seguir esta práctica cada vez más común y qué repercusión ha tenido este escándalo en el Reino Unido.

Las sock puppet accounts, o cuentas títere, como se denominan en ciertos foros especializados, son cuentas abiertas en un foro de internet por una persona que ya tiene otra activa, con el propósito de enviar mensajes de forma anónima. Estas se pueden crear con buenas o malas intenciones, pero por regla general no suelen estar muy bien vistas. En el contexto de las reseñas en línea sobre libros, estas cuentas suelen emplearse para que el autor, bajo una identidad falsa, autopromocione su libro.

Todo surgió, explica Laura Hazard Owen, cuando durante el Harrogate Crime Writing Festival, Stephen Leather confesó haber utilizado cuentas títere, y haber intervenido en foros para hablar de su propio libro, con el fin de conseguir más fans o generar una mayor expectación.

A raíz de sus declaraciones, el periodista y autor británico de novelas de espías afincado en Suiza Jeremy Duns, comenzó a investigar las cuentas falsas de Leather. Una de ellas, informa este periodista, pertenecía al escritor Steve Roach, el cual manifestó su enfado ante lo que Leather había estado escribiendo en los foros de Amazon. La disputa entre ambos autores fue a más, e incluso Leather mantuvo una compaña en línea contra Roach que duró aproximadamente un año.

Según ha explicado este escritor a Laura Hazard Owen a través de un correo electrónico, los escritores reciben muchas críticas cuando publican bajo su nombre real y en su caso se le estaba sometiendo a un control sin piedad, por lo que pensó que sería mucho más fácil hablar con otras personas en foros bajo un pseudónimo, algo que en su opinión, la mayoría de los usuarios hace- “No ataqué verbalmente nunca a ninguna persona, sólo quería hablar directamente con los lectores” -explica el escritor.

El periódico estadounidense The New York Times informó de que el autor de novelas de terror John Locke, había pagado varios miles de dólares para que le publicasen trescientas reseñas de su libro a través de la página ya desaparecida GettingBookReviews.com. Locke, que vendió más de un millón de libros para Kindle, confesó que su éxito se había basado en el precio y en la difusión que realizaron sus seguidores. “Las reseñas configuran el éxito en una menor medida, pero son más sencillas que cultivar una audiencia” -dijo.

Laura Hazard Owen se puso en contacto con Amazon y con Barnes & Noble para saber qué directrices seguían ambas empresas para evitar el uso de cuentas falsas, pero ninguna de las dos editoriales le respondió. En el caso de Kobo, su responsable de las relaciones con los medios de comunicación, Rene d´Entremont, informó a la periodista de que la compañía se encontraba en pleno proceso de formalización de las normas. Pero estas, explica Hazard Owen, se aplicarán a los empleados de la empresa y no a los usuarios.

La página de lectura Goodreads cuenta también con directrices que prohíben la utilización de reseñas con fines comerciales. El director ejecutivo de la página explicó a la periodista cómo el enfoque de los comentarios que aparecen en su página difieren de los que aparecen en otras. Cuando un usuario hace clic en un libro, explica, los primeros comentarios serán de los amigos del autor, luego de las personas que cada escritor haya decidido seguir y por último de la comunidad en general, el algoritmo de Goodreads prioriza opiniones de la comunidad según el número de “me gusta”, la popularidad del revisor y lo reciente que se hayan realizado las reseñas, según se explica en el artículo.

Muchos escritores han firmado una declaración en la que prometen no utilizar cuentas sock puppets para escribir comentarios y en la que aseguran que son los lectores los que tienen la solución, siempre y cuando hagan suyo este proceso.

Aunque este escándalo ha saltado entre autores de novelas de terror y policíacas, esta práctica, asegura la periodista, no se limita a un único género de libros y añade que los comentarios o reseñas falsos son un problema generalizado no sólo entre los libros sino en todos los productos que se comercializan en línea. Así por ejemplo, el profesor de la Universidad de Illinois, Bing Liu, ha hecho una estimación según la cual, un tercio de las reseñas que aparecen en línea son falsas.

 


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