Los problemas con los libros infantiles desde la perspectiva de los padres

Mucho se ha escrito sobre los libros infantiles y las nuevas tecnologías, pero siempre desde el punto de vista de los editores, los minoristas u otros sectores que componen el entramado del mercado editorial. Pero ¿qué opinan los padres? Joanna Cabot presenta en un artículo publicado en TeleRead, la opinión de una madre sobre aspectos como la publicidad, las promociones, la visibilidad y el descubrimiento de títulos nuevos.

Mucho se ha escrito sobre los libros infantiles y las nuevas tecnologías, pero siempre desde el punto de vista de los editores, los minoristas u otros sectores que componen el entramado del mercado editorial. Pero ¿qué opinan los padres? Joanna Cabot presenta en un artículo publicado en TeleRead, la opinión de una madre sobre aspectos como la publicidad, las promociones, la visibilidad y el descubrimiento de títulos nuevos.

Cuando se abordó el tema de la publicidad durante la conversación, esta madre preguntó por qué no existían anuncios en televisión en los que se presentasen libros infantiles. En su opinión es algo fundamental, ya que muchos pequeños piden aquello que ven en la pequeña pantalla y esto revertiría en un mayor éxito para esos títulos.

En una línea muy cercana a la publicidad está el asunto de las promociones. Confiesa que echa de menos que no se realicen campañas en las que se anuncie “a bombo y platillo” un determinado título. Incluso, se aventura a lanzar alguna sugerencia, como por ejemplo que los minoristas toquen la vena sensible y apuesten por la nostalgia. Los padres son los que habitualmente compran estos libros y si se encontrasen con una reedición de un libro de cuando eran pequeños –afirma– , esto sería sin lugar a dudas el empuje necesario para comprarlo.

Reconoce que no compra tantos libros para sus hijos como debería, pero en un acto de autojustificación argumenta que gran parte de los contenidos nuevos que se lanzan para estas edades no le gustan. “lo antiguo –asegura–, lo que leíamos cuando éramos niños, es mejor”.

Cabot confiesa que estas declaraciones la han sorprendido de manera especial. En su experiencia como profesora reconoce que tiene acceso a distintos canales a través de los cuales encuentra títulos muy interesantes. Pero como ha podido comprobar, estas novedades no llegan a los padres.

Por consiguiente, esta convencida de que los editores de materiales de calidad tienen una tarea pendiente, ya que ¿cómo pueden encontrarlos los padres? Quizá, responde Cabot, a través de GoodReads o Amazon. También cree que esa situación podría ser una oportunidad para que las librerías al por menor no perdiesen uno de sus muchos puntos fuertes, como es el de ser un lugar de apoyo y de recomendación para los lectores. Está convencida de que existe una brecha en la promoción y la información por lo que no hay que perder la esperanza, ya que todavía hay posibilidades de mejorar.
 


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