La Corte de Nueva York ha desestimado la demanda interpuesta contra Apple por Black Tower Press, una pequeña editorial que utiliza el sello "iBooks". La juez encargada del caso argumentó que el editor no tenía derechos adquiridos sobre la marca y que no hay riesgo de que los consumidores confundan los productos que cada empresa etiqueta con ella.
Informa del asunto Jeff John Roberts en un artículo de Gigaom, quien recuerda que este caso comenzó en 2011 cuando Black Tower Press, una editorial de títulos de fantasía y ciencia ficción, presentó una demanda de usurpación de marca. Fue su respuesta al anuncio de Apple de que usaría la palabra "iBooks" para describir la utilidad software que permite a los usuarios comprar libros en línea.
Según explica Roberts, Black Tower adquirió la marca "iBooks" en 2006 al comprar los activos de otra empresa editorial que la utilizaba para una línea de publicación con la que vendió millones de obras de ciencia ficción y terror en la primera década del siglo. Sin embargo, ni Black Tower ni su predecesora obtuvieron nunca un registro de marca para la palabra.
Apple, por su parte, registró la marca y se hizo con los derechos legales para su uso. En 1999 adquirió una licencia de uso de "iBook" a otra empresa de software que denominaba con ella una línea de ordenadores, y culminó en 2010 el proceso comprando la marca registrada, que pasó a ser de su propiedad por completo.
Denise Costa, juez encargada de dirimir el caso, explicó que la palabra era un simple término descriptivo de los libros vendidos en el internet, y que Black Tower no había implantado ni adquirido otro significado distintivo para la ella (más allá de juntarla con el logotipo de una bombilla), argumentando además que no hay riesgo de confusión entre los consumidores respecto a los productos de las dos empresas.
Para quien desee ampliar detalles, el artículo da acceso a una copia del auto judicial, que en sus páginas 31-35 incluye una referencia al testimonio del muy respetado consultor y experto en el negocio editorial Michael Shatzkin.