Uno de los temas más importantes en la Conferencia de la American Library Association Anual Conference que se celebró este año en Chicago, fue la idea de que las bibliotecas se convirtiesen en minoristas. Las opiniones son enfrentadas. Hay quien está de acuerdo, e incluso ve interesante que una pequeña comisión se reinvierta en la adquisición de más contenidos. Otras voces, por el contrario, se alzan para declamar que las bibliotecas no son librerías.
La idea que hizo que algunas bibliotecas incluyeran el botón de compra en sus páginas web, explica Michael Kozlowski en un artículo publicado en GoodeReader, es la de que los usuarios pudieran compra aquellos títulos que quisieran de forma sencilla y así evitar las largas listas de espera.
Muchas plataformas como Overdrive, 3M o Axis 360, han desarrollado sus sistemas y cuentan con programas sólidos que permiten a las editoriales vender ebook y audiolibros en las bibliotecas.
Mientras que muchas de ellas en los Estados Unidos y Canadá se plantean la opción de ofrecer a los usuarios la posibilidad de que puedan comprar los ebooks desde sus páginas web, en ocasiones se encuentran con ciertas barreras desde la misma dirección del centro.
Por el momento, explica Kozlowski, no existe ninguna forma estándar que facilite este proceso. Si una biblioteca llega a un acuerdo con cualquiera de estas plataformas, puede optar por incluir el botón de compra o no hacerlo.
Ante la pregunta de si las bibliotecas deberían convertirse en librerías, Maureen Sullivan, presidenta de la ALA, comentó a este periodista que existen grandes oportunidades para que puedan hacerse con unos ingresos extras en caso de que quisieran sumarse a este nuevo modelo de negocio. Pero en ningún caso, concluye, abandonaran su papel de organismos sin ánimo de lucro para convertirse en una empresa que vea en los usuarios meros consumidores.