Los maestros británicos piden un cambio en el tratamiento de la lectura

Egmont, la editorial británica especializada en público infantil, ha presentado un estudio en el que advierte al gobierno de este país de no estar haciendo demasiado para fomentar la lectura por placer entre los más pequeños, según han manifestado más de un ochenta por ciento de los profesores que fueron consultados.

Egmont, la editorial británica especializada en público infantil, ha presentado un estudio en el que advierte al gobierno de este país de no estar haciendo demasiado para fomentar la lectura por placer entre los más pequeños, según han manifestado más de un ochenta por ciento de los profesores que fueron consultados.

Además de este dato, la investigación ha desvelado que también se ha producido una caída en el papel de las bibliotecas escolares, debido posiblemente a la falta de apoyo por parte de los padres.

Muchos de los docentes que repondieron a la encuesta confesaron que les gustaría centrarse más en el fomento de la lectura por placer pero que tienen las manos atadas debido al énfasis que se le da al desarrollo de la capacidad lectora, a las restricciones en el curriculum y a la falta de tiempo. Con respecto a esta última, un sesenta y seis por ciento de los profesores la consideraron como una de las grandes barreras para afianzar el amor a la lectura entre los más pequeños. A esto se añade el hecho de que uno de cada cinco profesores hizo alusión a la política del gobierno británico como la responsable de esta situación.

La presión a la que se sienten sometidos los profesores para incentivar el gusto por la lectura creen que debería estar apoyada por los padres y están convencidos de que de la unión de ambos se pueden conseguir lectores entusiastas. La cuestión es que muchos de los progenitores se centran en el aprendizaje de la lectura y no tanto en contar historias a sus pequeños, sobre todo cuando estos son más autónomos.

En lo referente a la lectura en formato digital, un poco más de la mitad de los docentes encuestados cree que los nuevos dispositivos de lectura son una barrera para desarrollar el amor a la lectura aunque otros apuestan por su potencial para incentivarlo. 


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