EE.UU. revisa la doctrina de primera venta para aplicarla a los libros electrónicos

El Departamento de Comercio de los Estados Unidos está haciendo una consulta pública entre todas aquellas personas involucradas o interesadas en la doctrina de primera venta de archivos digitales, entre los que se incluyen los libros electrónicos. Agentes involucrados en este llamamientoadvierten a los bibliotecarios que en caso de no alzar la voz se verán arrastrados por las nuevas medidas que se adopten con esta ley.

El Departamento de Comercio de los Estados Unidos está haciendo una consulta pública entre todas aquellas personas involucradas o interesadas en la doctrina de primera venta de archivos digitales, entre los que se incluyen los libros electrónicos. Agentes involucrados en este llamamientoadvierten a los bibliotecarios que en caso de no alzar la voz se verán arrastrados por las nuevas medidas que se adopten con esta ley.

Esta doctrina es relativamente sencilla cuando se trata de materiales impresos o físicos como CDs o DVDs –explica Matt Enis en un artículo publicado en The Digital Shift. La ley de derechos de autor en los Estados Unidos otorga a los titulares de estos derechos permisos exclusivos para la distribución de copias de los trabajos. Al aplicar la doctrina de primera venta, se hace distinción entre el trabajo y el material que lo contiene y afirma que no existe ninguna prohibición o restricción de transferencia de un objeto con derechos de autor que se haya obtenido legalmente. Es decir –continúa– si una persona compra un libro impreso, un CD o un DVD, ésta podrá hacer lo que quiera con él.

Por el momento esto no se aplica a contenidos digitales, pero esta consulta ha vuelto a despertar el interés sobre este tema entre los propietarios de contenido. Mary Minow, presidenta de Follett en la Escuela Superior de Biblioteconomía y Documentación de la Dominican University, anima a los bibliotecarios a alzar su voz ante una cuestión que le parece de suma importancia. En su opinión, si las bibliotecas no se involucran en este tema y dan a conocer aquello que necesitan, se verán arrastradas por la decisión a la que se llegue en último término.

Esta doctrina de primera venta –aclara Enis– no permite que alguien copie una obra en su totalidad y la transfiera a un tercero. Muchos archivos digitales, entre los que se incluyen los libros electrónicos, no se pueden transferir, ceder o utilizar sin hacer una copia previa de dicho archivo. La disputa –continúa– se encuentra entre los editores y los distribuidores ya que los primeros aluden a que si se facilita la copia o transferencia de los archivos, los derechos de autor serán muy vulnerables ante la piratería.

Es la falta de protección relativa a esta doctrina de primera venta –concluye Enis– la razón principal por la que los editores ponen a disposición software o contenidos digitales solo si se llega a ciertos acuerdos de licencia, como por ejemplo la que le permite a Amazon borrar los libros electrónicos del Kindle de un particular o los que restringen a las bibliotecas el préstamo de muchos ebooks.
 


© Copyright Fundación Germán Sánchez Ruiperez, 2010