Paquetes de contenido digital ¿a favor o en contra?

El modelo bundle o de paquetes de contenido digital, es algo que se están planteando cada vez más las editoriales. Con la aparición del servicio Matchbook de Amazon, muchas creen que puede ser la mejor opción, aunque no les convence a todas por igual.

El modelo bundle o de paquetes de contenido digital, es algo que las editoriales están planteándose cada vez más. Con la aparición del servicio Matchbook de Amazon, muchas creen que puede ser la mejor opción, aunque no les convence a todas por igual.

Esta tendencia es cada vez más habitual dentro del sector educativo. Los editores pueden hacer lotes de ebooks, promoverlos y vender su contenido digital de una forma totalmente nueva. En un artículo de Darin Brockman publicado en FutureBook, este especialista deja claro que la época en la que los clientes compraban un único producto a un único precio y de una sola fuente ha acabado.

Esta forma de vender contendido en “paquetes” puede resultar muy atractiva para bibliotecas digitales, instituciones, estudiantes e investigadores –comenta Brockman– pero este modelo de agrupación va más allá de mezclar y combinar libros. Los editores –continúa– ofrecen paquetes cada vez más sofisticados con extractos de un todo único y generar algo totalmente nuevo y personalizado para el cliente.

Con la aparición del servicio Matchbook de Amazon, que ofrece a los lectores un ebook de forma gratuita o rebajado por la comprar de su edición en papel, editores que no habían contemplado esta posibilidad empiezan a replanteársela. Pero muchos de ellos dudan entre ofrecer sus contenidos a Matchbook o crear sus propios paquetes.

Desde luego –comenta Brockman– es una opción que supone muchas ventajas para los lectores. Por un lado, está la sensación de adquirir algo extra por el mismo precio o por un poco más. Por el otro, está la comodidad de poder acceder a los contenidos en distintas plataformas, formatos y en cualquier momento. Pero estas ventajas –añade– también son una propuesta interesante para los editores, ya que pueden agrupar su contenido de forma flexible e innovadora y realizar promociones de una sola vez o mediante ofertas permanentes.

Pero algunos editores ya han señalado el riesgo que puede tener este modelo –señala Brockman– ya que esta iniciativa puede llevar a la espiral de la bajada de precios y a que los clientes esperen aún más por mucho menos dinero. Creen –añade– que la elección de comprar un libro electrónico o en formato papel debe recaer en el consumidor.
 


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