El largo camino de John Biggs hacia la autopublicación

John Biggs, escritor y editor en TechCrunch ha compartido en un post publicado en esta página web su experiencia a la hora de editar sus libros y cuándo y por qué decidió embarcarse en la autoedición y apostar por el crowdfunding, como una de las mejores medidas para conseguirlo.

John Biggs, escritor y editor en TechCrunch ha compartido en un post publicado en esta página web su experiencia a la hora de editar sus libros y cuándo y por qué decidió embarcarse en la autoedición y apostar por el crowdfunding, como una de las mejores maneras para conseguirlo.

Durante casi una década Biggs ha mantenido su línea de trabajo dentro del modelo de edición tradicional, pero nunca ha conseguido los resultados que buscaba. Por ejemplo, con su primer libro Black Hat no recibió ningún beneficio.

En 2008 –continúa– llegó a conseguir un buen contrato con Random House, pero después de trabajar de sol a sol durante dos años, ganó unas treinta libras. El haber conseguido un contrato de verdad para un libro, confiesa que le paralizó, le supuso una enorme cantidad de trabajo e infinidad de viajes.

También consiguió un contrato para su libro Marie Antoinette´s Watch a través de su agente Larry Weissman, pero otra vez, después de mucho tiempo y trabajo invertidos se canceló y el libro sigue todavía “flotando” en el limbo de los libros que no se han publicado.

Durante una visita a Madrid, a Biggs se le ocurrió escribir un libro para sus hijos y fue entonces cuando surgió su proyecto Mytro. Desde 2009 escribió mil palabras diarias con el programa Scrivener. Cuando lo terminó –explica– envió una copia a un agente en Nueva York, que consideró que el libro era muy apropiado para un público juvenil. Este agente se lo pasó a una ayudante y tras meses de espera no consiguió nada de nada.

Se dio cuenta en ese momento de que estaba poniendo su trabajo en manos de una serie de personas que en el mejor de los casos simplemente no tenían tiempo para su obra. En un momento dado –añade– se encontró con un antiguo profesor que le confesó que no le gustaba los proyectos como Kickstarter ni la “locura” de la autoedición ya que consideraba que este tipo de herramientas hacían que el trabajo de editar un libro fuese demasiado sencillo y propiciaba el intrusismo.

Pero Biggs se animó a lanzar su obra Mytro a través de una propuesta crowdfunding, en primer lugar para ver cómo funciona y en segundo lugar para tener la sensación de que lo que ofrecía era verdaderamente suyo y solo suyo, sin intermediarios de ningún tipo. No espera  conseguir grandes riquezas con su obra –concluye–, pero sí que quiere ver el poder de la red frente a los mercados tradicionales. Afirma que con este tipo de herramientas no pretende entrar en un club literario privado, sino crear un nuevo concepto de club de lectura mucho más vibrante que el antiguo. 

 


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