Dos bibliotecas ensayan un hermanamiento que quiere ser transformador

¿Qué tienen en común una biblioteca en Londres con una de París? Su interés por compartir lecturas y actos culturales con sus usuarios extranjeros. De esta manera la biblioteca parisina Place des Fetes y la Church Street de Westminster son las primeras bibliotecas europeas que han decidido hermanarse.

¿Qué tienen en común una biblioteca en Londres con una de París? Su interés por compartir lecturas y actos culturales con sus usuarios extranjeros. De esta manera la biblioteca parisina Place des Fetes y la Church Street de Westminster son las primeras bibliotecas europeas que han decidido hermanarse.

La bibliotecaria Julie Gadoult llegó a Londres en 2010 y se unió a la biblioteca Church Street en Westminster. En seguida pudo comprobar que su nuevo lugar de trabajo tenía mucho en común con la biblioteca parisina Place des Fetes en la que trabajó antes de trasladarse al Reino Unido.

Ambas –explica en un artículo publicado en The Guardian– se encuentran en zonas poco prósperas de la ciudad y realizan acciones en colaboración con organizaciones locales de jóvenes. De esta manera es como se le ocurrió la idea de hermanar ambas bibliotecas, con el objetivo de compartir buenas prácticas, libros y organizar actos culturales durante todo el año para proporcionar recursos a aquellos usuarios que se encontraban residiendo a ambos lados del Canal.

Se estima –informa Gadoult– que hay unos cuatrocientos mil franceses viviendo en Londres y las bibliotecas de la ciudad no les ofrecen demasiados contenidos. Con la idea del hermanamiento –añade- querían evitarse estas carencias a los expatriados franceses en Londres y a los británicos que viven en París.

El número de libros que se han intercambiado ambas bibliotecas ha alcanzado los doscientos. Las dos realizan actos culturales entre los que Gadoult destaca los enfocados a los más pequeños. También existe un servicio pen-pal o amigos por correspondencia entre la academia King Solomon y la escuela parisina College Budé.

El proyecto no ha estado exento de problemas y desafíos ya que en un principio la respuesta fue lenta entre los franceses afincados en Londres, pero los encuentros culturales y los relacionados con el aprendizaje del idioma han favorecido la asistencia.

Gadoult cree que este tipo de iniciativa podría llevarse a otras localidades en las que la población es diversa o si se busca mejorar los resultados en el aprendizaje de un idioma en las escuelas locales. Además, las limitaciones presupuestarias no deben de ser un obstáculo –advierte– ya que en realidad solo es necesario contar con personas que tengan una misma pasión y quieran comprometerse con el proyecto.
 


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