Martyn Daniels, especialista en publicación digital, está convencido de que la autoedición seguirá creciendo y, dejando aparte la calidad, nos sitúa ante una forma nueva de creación, de desarrollo y de mercado. Según las previsiones, en 2020 el cincuenta por ciento de los libros electrónicos serán autoeditados. Daniels va más allá y estima –según un post publicado en su blog Brave New World– que la cifra pueda llegar al setenta y cinco por ciento.
Dentro de la industria surgen quejas en torno a sus ingresos y como estos se ven diezmados por la producción de materiales autoeditados. Michael Kowzloski abogó recientemente porque los ebooks de autores independientes fueran segregados. Daniels manifiesta un total desacuerdo a esto último y ve en esa idea de la segregación, no tanto una forma de distinguir aquello que está bien de lo que no lo está, sino un intento de protección del modelo financiero tradicional.
Algunos afirman –continúa Daniels– que los consumidores reclaman calidad y que ésta solo se puede conseguir a través del proceso de desarrollo editorial. Sin embargo, para este especialista, existen distintos puntos de vista y valores de los consumidores que en muchas ocasiones chocan con “las creencias binarias tradicionales”. Lo cierto es que durante mucho tiempo se han considerado los trabajos autoeditados como obras de segunda fila. Incluso el mercado tradicional se ha referido a ellos como “la vanidad de la edición”.