Bibliotecas: ante el discurso del miedo

Barbara Fister, bibliotecaria en el Gustavus Adolphus College de Saint Peter (Minnesota), en un artículo publicado en Library Journal, se refiere al papel que juegan el cambio y la filosofía del miedo en la construcción de lo social, algo de lo que no parecen escapar las bibliotecas.

Barbara Fister, bibliotecaria en el Gustavus Adolphus College de Saint Peter (Minnesota), en un artículo publicado en Library Journal, se refiere al papel que juegan el cambio y la filosofía del miedo en la construcción de lo social, algo de lo que no parecen escapar las bibliotecas.

Durante todos los años que Fister ha trabajado de bibliotecaria, la palabra cambio ha sido invocada como mandato tanto como amenaza existencial. Así por ejemplo, ideas del tipo “si no innovamos, estamos condenados” se ha extendido como una “plaga bíblica” –comenta.

Cuando esta bibliotecaria se puso a investigar sobre el tratamiento de la palabra cambio en otras décadas, su uso estaba relacionado con lo natural y tenía connotaciones positivas. “El cambio estaba relacionado con el progreso y eso era algo bueno” –señala. Pero en estos momentos –afirma– con frases del tipo: ¿durarán las bibliotecas más de cinco años? parece necesario dar un buen susto a la gente para captar su atención.

Aún así –añade Fister– no hay tanta fatalidad como podría esperarse. Aparecen artículos sobre los pequeños cambios que están produciéndose en los servicios y las operaciones de las bibliotecas públicas y universitarias. Otros relacionados con los cambios que son necesarios debido a los recortes presupuestarios. Pero, por cada predicción catastrofista aparecen indicios de que los bibliotecarios mantienen la calma y siguen adelante buscado aquello que toda biblioteca debe hacer.

Nunca los bibliotecarios han sido tan necesarios –asegura Fister. Son cruciales para rediseñar el ecosistema del conocimiento. Por lo que en su opinión, habrá que ser mucho más críticos con todos aquellos profesionales y sistemas que cuestionan su existencia. En definitiva –concluye– hay que ser más positivo en relación a la valía de estos profesionales de la información.
 


© Copyright Fundación Germán Sánchez Ruiperez, 2010