El programa Google Play para Educación salta de las tabletas a los Chromebooks

La plataforma Google Play for Education, que Google lanzó para que profesores y colegios pudieran comprar aplicaciones para Android, libros y vídeos educativos de Youtube y distribuirlos entre sus estudiantes, centrada en un primer momento de su desarrollo en las tabletas, a partir de ahora también estará disponible para Chromebooks.

La plataforma Google Play for Education, que Google lanzó para que profesores y colegios pudieran comprar aplicaciones para Android, libros y vídeos educativos de Youtube y distribuirlos entre sus estudiantes, centrada en un primer momento de su desarrollo en las tabletas, a partir de ahora también estará disponible para Chromebooks.

Rick Borovoy, director de Producto de esta plataforma, ha explicado a Frederic Lardinois en un artículo publicado e Techcrunch, que en un principio el equipo se centró en desarrollar este servicio para tabletas, ya que no estaba muy convencido de que los alumnos fueran a leer sus libros en Chromebooks o que iban a estar interesados en la apps de Chrome para estudiantes. Sin embargo –añade– los profesores empezaron a solicitar a la compañía una versión Chrome OS, por lo que se decidió pilotar el programar que a partir de ahora ya está disponible.

Las aplicaciones –explica Borovoy– han sido seleccionadas por un selecto grupo de profesores. Se ha realizado una intensa curación con la idea de ofrecer un número menor a los profesores pero mucho más selectivo. También se tiene acceso a la librería de Google para las escuelas, en la que estas podrán comprar o alquilar libros para sus estudiantes a partir de un dólar por estudiante y por sesenta días de acceso.

Las escuelas podrán configurar sus cuentas de compra de tal manera que los docentes lo tendrán mucho más fácil cada vez que quieran hacerse con algún libro para sus aulas. Antes –comenta Borovoy– los profesores debían adelantar el dinero de su propio bolsillo y luego obtener el reembolso, lo que no siempre sucedía. Ahora las escuelas pueden dejar a sus profesores que realicen las compras que crean necesarias, dentro de un límite establecido.

En estos momento –finaliza Borovoy– las escuelas ya no tendrán que pensar primero en el dispositivo que quieren introducir en sus aulas.
 


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