McKeown: la venta directa por parte de editores es un error

HarperCollins ha decidido relanzar su web y comenzar a vender sus libros directamente a los clientes. Ante esta decisión, se ha abierto el debate sobre lo beneficioso que puede ser, o no, el que los editores se lancen a la venta directa de sus libros.

HarperCollins ha decidido relanzar su web y comenzar a vender sus libros directamente a los clientes. Ante esta decisión, se ha abierto el debate sobre lo beneficioso que puede ser, o no, el que los editores se lancen a la venta directa de sus libros.

En la actualidad, casi todas las editoriales, desde las indies a las más comerciales, venden directamente de alguna u otra manera, aunque muchas se mantienen recelosas ante la competencia de minoristas como Amazon.

El presidente de Books and Books, Jack McKeown, ha opinado en un artículo publicado en Publishers Weekly, que la decisión de HarperCollins le parece un error y una mala gestión de los recursos, ya que la venta directa no es la mejor opción para las grandes editoriales de interés general. Los consumidores –añade– no van en busca de la editorial, sino del minorista que agrega y recomienda títulos.

Otras grandes editoriales como Hachette o Simon & Schuster cuentan con modelos de venta directa aunque diferentes. Por ejemplo, la primera no vende sus libros impresos directamente a los consumidores, aunque tiene la opción de venta directa de sus ebooks. S&S ofrece todo su catálogo, promociones y también envíos gratuitos en pedidos superiores a los 25 dólares.

Un portavoz de Random House ha comentado en el artículo que en el futuro la editorial tiene la intención de reunir todos los catálogos en uno y ofrecer todo el contenido a los consumidores. Aunque reconoce que con esta acción la compañía no busca generar un negocio con un gran volumen de ventas, lo que persigue es mantener la relación directa con sus lectores y buscar la cooperación con sus socios minoristas.

Esta idea la comparte Doug Seibold, editor de la editorial independiente Agate, quien asegura que la venta directa en su caso no supone grandes ingresos pero ayuda a la empresa a estar alerta de lo que ocurre en el mercado y a no “dormirse en los laureles”. En definitiva –concluye– la idea es estar presente en la venta directa en caso de que esta opción acabe por convertirse en una parte primordial de la industria.
 


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