Enrique Dans: sobre la integración de la tecnología en las aulas

El investigador Enrique Dans se lamenta de que mientras que otros países se esfuerzan para socializar a los niños en el entorno tecnológico "en España la dirección del progreso es… prohibir dispositivos, porque no se es capaz de pensar en cómo integrarlos de manera positiva".

 

El investigador Enrique Dans se lamenta de que mientras que otros países se esfuerzan para socializar a los niños en el entorno tecnológico "en España la dirección del progreso es… prohibir dispositivos, porque no se es capaz de pensar en cómo integrarlos de manera positiva".

 
"Está claro: es mucho más fácil prohibir que pensar" –subraya en su blog el profesor de Sistemas de Información, divulgador y asesor en temas relacionados con la red y la tecnología.
 
Dans alude a un reportaje publicado en el Financial Times sobre el avance de la tecnología en las aulas norteamericanas. Los datos señalan que durante el tercer trimestre de 2014, según datos de la consultora IDC, Google facturó 715.000 Chromebooks al mercado educativo, frente a un total de 702.000 iPads. Esto significa que es el primer trimestre en el que Google supera a Apple en este mercado.
 
Para Dans estas cifras, "aún interpretándolas con precaución por el porcentaje que suponen en el contexto de un mercado como el de la educación en los Estados Unidos, reflejan claramente una tendencia progresiva e imparable hacia la integración de la tecnología en el aula". 
 
El investigador señala que la discusión en las escuelas norteamericanas "se centra en cuestiones como la idoneidad de unos u otros dispositivos de cara al trabajo de los alumnos". Agrega que mientras las tabletas "se ven más como un dispositivo de acceso a contenidos, básicamente una forma de acceder a libros electrónicos o a páginas web, el Chromebook, que puede obtenerse en niveles de precio que comienzan en los doscientos dólares, se ve como una solución más completa, cuya necesidad resulta más obvia a medida que el alumno crece, y que facilita una relación con el contenido más bidireccional, en la que tiende a darse más protagonismo a la creación".
 
Enrique Dans afirma que en cambio, en España, "nos dedicamos a crear leyes para prohibir el uso del smartphone en las aulas, con el supuesto fin de evitar el enfrentamiento entre alumnos y educadores".
 
"En lugar de tratar de buscar el encaje de un dispositivo como el smartphone dentro del proceso educativo, de integrarlo como plataforma de computación ubicua que es –subraya–, tratamos de cerrarle las puertas del aula, de excluirlo, de convertir la educación en un entorno hostil en el que los niños se ven obligados a retrotraerse a tiempos que ni siquiera vivieron".
 
A su juicio, "en una sociedad completamente conectada, las aulas pretenden mantenerse como un entorno completamente desconectado".
 

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