Joe Wickert: cómo el crowdsourcing puede añadir valor a la edición

La mayoría de los editores se estremece ante la idea del crowdsourcing. A menudo creen que son dueños en exclusiva del arte de ocuparse de los contenidos y se sienten amenazados cuando perciben que otros invaden su territorio. Así opina el analista y experto en contenidos digitales, Joe Wikert, en un artículo que publica en su blog.

 
La mayoría de los editores se estremece ante la idea del crowdsourcing. A menudo creen que son dueños en exclusiva del arte de ocuparse de los contenidos y se sienten amenazados cuando perciben que otros invaden su territorio. Así opina el analista y experto en contenidos digitales, Joe Wikert, en un artículo que publica en su blog.
 
A su juicio, es difícil debatir con esa lógica, sobre todo en nuestro perturbado mundo donde el papel del editor es atacado por la autopublicación, el contenido libre y los autores con sus propias plataformas. "Por eso –afirma Wikert– cada editor debería repensar el papel que desempeña y determinar cómo seguir siendo relevante en los próximos años".
 
Wikert cree que el crowdsourcing "al final será una herramienta muy poderosa para los editores". En su opinión, uno de los principales problemas actuales con el crowdsourcing "es que es poco más que una palabra de moda y la mayoría de los esfuerzos están mal coordinados y rentabilizados".
 
El analista presenta un supuesto de lo que podría ocurrir en el futuro con los periódicos si los editores permitieran a sus suscriptores crear nuevos contenidos a partir del contenido original del periódico e incluso los animaran a integrarlos con contenido de otras fuentes, incluyendo la "competencia".
 
Wikert piensa que tal vez esos nuevos trabajos podrían beneficiarse de los intereses y habilidades de curación de apasionados miembros de la comunidad. Como una mezcla de blogueros y de contenido "profesional", por ejemplo. 
 
Siguiendo este razonamiento, Wikert afirma que si los editores son inteligentes, crearán programas de suscripción, y venderán el acceso a estos contenidos crowdsourcing y los curadores de contenido ganarán una parte de los ingresos obtenidos.
 
Esto también podría ayudar a que los curadores crearan su propia marca, y potencialmente el periódico podría querer contratarlos a tiempo completo. Se puede pensar en ello como un sistema generador de contenido para nuevos talentos, afirma.
 
Wikert cree que esto podría hacerse extensivo a la edición de libros y refiere el supuesto de que alguien desee leer el nuevo éxito publicado sobre estrategias de marketing. ¿Qué pasa si un gurú del marketing lo leyó antes, resaltó todos los elementos críticos e insertó notas relevantes adicionales con su experiencia? –pregunta el analista. "Ahora el editor tiene un libro con mucho más valor que la edición original"–afirma.
 
Sostiene que probablemente el editor podría cobrar más por esa edición y entregar al gurú del marketing una parte de los ingresos adicionales. 
 
Reconoce que la mayoría de los editores actuales podría resistirse a todo esto, preocupados por la mayor complejidad del proceso, la alteración del trabajo editorial, etcétera.
 
Sin embargo cree que a medida que los editores tradicionales rechacen ciertas innovaciones veremos desplegarse ante nosotros un nuevo capítulo de El dilema del innovador, de Clayton Christensen, donde las startups llenarán el vacío. "Después de todo –afirma Wikert– los emprendedores no se acobardan ante los desafíos y menos cuando es beneficioso romper las viejas reglas".
 

    


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