La importancia de la ubicación de las bibliotecas en un mundo cambiante

¿La ubicación de las bibliotecas es tan importante como lo que hacen? pregunta el editor Martyn Daniels, responsable del blog Brave New World, en un artículo en el que actualiza el debate sobre el papel de las bibliotecas en relación con la comunidad y en sintonía con esto, qué deben ofrecer, cómo y dónde.

 
¿La ubicación de las bibliotecas es tan importante como lo que hacen? pregunta el editor Martyn Daniels, responsable del blog Brave New World, en un artículo en el que actualiza el debate sobre el papel de las bibliotecas en relación con la comunidad y en sintonía con esto, qué deben ofrecer, cómo y dónde.
 
Daniels recuerda que a menudo las bibliotecas públicas se han construido como grandes edificios independientes en centros cívicos victorianos y eduardianos, muchos de los cuales permanecen hoy en el Reino Unido. Luego se han expandido a los suburbios, donde han abierto sucursales y hasta cuentan con unidades móviles para atender las zonas rurales.
 
El autor señala que actualmente su papel y sobre todo la oferta global de una biblioteca está constantemente en tela de juicio bajo la óptica comercial y en relación con la cuestión digital. A partir de esta preocupación caben las preguntas que formula Daniels: ¿Dónde deben estar situadas? ¿Qué deben proporcionar? ¿Cuál es su papel en la comunidad? ¿Cuál es la diferencia entre bibliotecas locales, cívicas y nacionales?
 
Un elemento a tener en cuenta –advierte– es el cambio del perfil del comercio minorista en el Reino Unido, ya que The Local Data Company, que supervisa el comercio en unos tres mil pueblos, ha dicho que el veinte por ciento de las tiendas del norte de Inglaterra ha cerrado, en comparación con el diez por ciento en el sur. Además, el veinte por ciento de las tiendas supervisadas llevan cerradas más de tres años, lo que supone diez mil puntos menos de venta.
 
De modo que esto significa un cambio en el espacio y los hábitos de los consumidores. ¿Y esto qué tiene que ver con las bibliotecas públicas? –plantea Daniels.
 
Uno de los ejemplos se ha producido en McAllen, una localidad de los EE.UU. en el valle del Río Grande, donde una enorme tienda de WalMart abandonada por su propietario se ha convertido en una biblioteca pública y centro comunitario de 123.000 metros cuadrados. El edificio incluye ahora un laboratorio de informática, una cafetería, salas para videoconferencias y un auditorio de ciento ochenta asientos. Reemplaza a la antigua biblioteca, de 40.000 metros cuadrados y la ha situado de nuevo en el centro de la comunidad.
 
La American Library Association y la International Interior Design Association quedaron tan impresionadas con la solución que por unanimidad la reconocieron con el Library Interior Design Awards al diseño de bibliotecas de 2012.
 
Daniels afirma que hay muchos ejemplos de bibliotecs que han sido ubicadas en centros comerciales y este concepto no es nuevo, aunque señala que la idea de una tienda dentro de una biblioteca pueden ser más novedosa.
 
A su juicio, otra oportunidad potencial es ligar las bibliotecas a los servicios sociales en los nuevos desarrollos de viviendas de manera similar a como la vivienda social está ligada a nuevos desarrollos. Esto podría significar que una vez que una zona alcanza cierto tamaño o densidad entonces surge la necesidad de contribuir con algo más al desarrollo de la comunidad.
 
Daniels menciona que en Greenwich se ha hecho algo similar a partir del desarrollo de East Greenwich, donde se ha situado una piscina y una biblioteca públicas y un pequeño local y oficinas sociales dentro de una nueva urbanización privada.
 
El editor agrega que ya se trate de situar bibliotecas dentro de locales comerciales, o de crear centros comerciales en torno a las bibliotecas, o de ubicarlas en los nuevos desarrollos de viviendas o alguna otra variante, "el caso es que las bibliotecas pertenecen a las comunidades y no deben ser propuestas independientes".
 
En su opinión, las bibliotecas deben hacer algo más que simplemente ofrecer acceso a los libros y otra información y materiales. "Ellas tienen que ser diseñadas y situadas para el siglo XXI, no para el siglo XIX" –apostilla Daniels. 

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