Por qué los estudiantes todavía prefieren los libros de texto impresos

Los estudiantes aún prefieren los libros de texto impresos a los electrónicos. Por una parte, están acostumbrados a estudiar con el papel y, por otro, los beneficios que perciben en la versión electrónica no son suficientes como para cambiar de formato. Joe Wilkert, director de estrategia y desarrollo de negocio en Olive Software, expone en su blog seis razones por las que los estudiantes prefieren los libros impresos.

 

Los estudiantes aún prefieren los libros de texto impresos a los electrónicos. Por una parte, están acostumbrados a estudiar con el papel y, por otro, los beneficios que perciben en la versión electrónica no son suficientes como para cambiar de formato. Joe Wilkert, director de estrategia y desarrollo de negocio en Olive Software, expone en su blog seis razones por las que los estudiantes prefieren los libros impresos. 

 
La primera de esas razones es que los estudiantes han crecido con el libro impreso y están acostumbrados a estudiar con él. Especialmente los estudiantes universitarios, que «no son nativos digitales cuando se trata de libros de texto».
 
Las ventajas que perciben de la versión impresa sobre el papel son pocas. Wilkert menciona un ejemplo: los libros de texto pueden compartirse con otros compañeros de estudio para ahorrar dinero, pero los libros electrónicos están programados de tal forma que su uso es individual. 
 
Por otra parte, el precio de los ebooks actuales no resulta competitivo en comparación con la versión impresa. Wilkert expone el caso de un libro sobre cálculo que cuesta 264 dólares en tapa dura y 230 en versión electrónica. ¿Por qué alguien querría comprar una versión que no puede compartir con un ahorro tan escaso?, se pregunta Wilkert. 
 
Wilkert cree que las distracciones no son percibidas por los estudiantes como un verdadero inconveniente en los libros electrónicos, porque están acostumbrados a trabajar con el smartphone al lado, recibiendo notificaciones de Facebook o WhatsApp constantemente.
 
La mayor parte de los estudiantes tiene smartphones y ordenadores portátiles; pocos tienen una tableta. Así que se ven obligados a leer los libros electrónicos en su ordenador, porque desde el smartphone la experiencia es muy mala, expone Wilkert. Por otra parte, los libros electrónicos siguen siendo una reproducción de la versión en papel y no ofrecen otras funciones digitales.
 
Los editores de libros electrónicos tienen que ofrecer muchos más incentivos si quieren vender sus productos, opina Wilkert. 

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