VIDA, organización estadounidense que aboga por el papel de las mujeres en la literatura, ha hecho público su último informe. Después de examinar publicaciones periódicas entre las que se encuentran New Yorker, London Review of Books o Times Literary Supplement, ha podido comprobarse que la cobertura literaria sigue estando en manos del sexo masculino, tanto por la cantidad de colaboradores, como por los libros que fueron revisados. Algo que llama la atención cuando también se ha podido comprobar que las mujeres en el Reino Unido son la que compran los dos tercios de los libros vendidos.
Según esta organización, London Review of Books contó durante el 2014 con más de quinientos autores y críticos. En el caso de New York Review of Books aparecen más de seiscientos setenta hombres, frente a doscientas cuarenta mujeres. The New York Times Book Review tiene entre sus filas novecientos colaboradores y autores masculinos y setecientas noventa mujeres.
Aunque estos datos dejan patente la supremacía masculina en esta área, Denis Abrams señala en un artículo publicado en Publishing Perspectives, que se aprecian ciertos cambios prometedores. Así por ejemplo, de las quince revistas que la organización ha examinado, en catorce de ellas aparecía un aumento del contenido realizado por mujeres durante el año pasado. Por primera vez, desde hace quince años, New York Times Book Review ha contado con más críticos femeninos que masculinos, un aumento de algo más de cuarenta si se compara con la cifra recogida el año pasado- añade Abrams.
Erin Belieu, cofundador de esta organización dijo en The Guardian que aunque el arte no puede medirse en tantos por ciento y que estos variarán de año en año, esta asociación espera que con el tiempo se produzca un cambio de conciencia, algo que cree ya está sucediendo. Es más, las personas menores de cuarenta años se han criado en un ambiente completamente distinto, por lo que el cambio, en su opinión, parece estar asegurado.
La única revista literaria cuyos colaboradores son en su mayoría mujeres es Tin House. Su director Rob Spillman rechaza el argumento de otros editores que se quejan de lo difícil que es lograr la igualdad de género. Reconoce que quizá no sea fácil, pero puntualiza que si se cree en la igualdad de género hay que salir a buscarla.