Del editor directo al lector no funciona; las librerías son necesarias

Penguin Random House es la última editorial que ha decidido hacer una gran inversión para renovar su página web con la esperanza de que los lectores se acerquen a ella en busca de lo último que se ha publicado en su blog, para participar en sus concursos o para conocer los próximos lanzamientos. Una decisión, que según ha manifestado Mercy Pilkington en un artículo publicado en Goodereader, no va a hacer que aumenten sus ventas ya que los consumidores no compran sus lecturas directamente a la editorial.

Penguin Random House es la última editorial que ha decidido hacer una gran inversión para renovar su página web con la esperanza de que los lectores se acerquen a ella en busca de lo último que se ha publicado en su blog, para participar en sus concursos o para conocer los próximos lanzamientos. Una decisión, que según ha manifestado Mercy Pilkington en un artículo publicado en Goodereader, no hará que aumenten sus ventas, ya que los consumidores no compran sus lecturas directamente a la editorial.

Los lectores, asegura esta periodista, encuentran los libros donde están, es decir, en las librerías, ya sean virtuales o analógicas. No los compran directamente a la editorial, porque en la mayoría de los casos, no saben quién es el editor.

Otis Chandler, fundador de Goodreads, presentó un estudio en un encuentro editorial en el que se demostraba que los lectores descubrían gran parte de los libros a través del boca a boca o en las estanterías de los minoristas.

La cuestión que se plantea este periodista, es por qué los editores prestan tanta atención e invierten tanto dinero en desarrollar páginas web dirigidas a su lectores, cuando estos ni siquiera prestan atención sobre quién ha publicado determinado título.

Una teoría –asegura Pilkington– podría ser la de querer derrocar a Amazon y su influencia en la venta de libro y en ese intento quieren captar la atención directa de los consumidores. Pero según han señalado otros medios de noticias relacionadas con las edición, muchos lectores tienen un autor favorito, pero otros muchos eligen los libros basados en el género o en el contenido, ni en el autor, ni mucho menos en el logotipo del sello editorial.

Lo verdaderamente curioso –destaca Pilkington– es que en la nueva página web de Penguin Random House ni siquiera se venden libros. Se necesitan varios clicks para llegar a un botón de compra y una vez pulsado, los consumidores pueden elegir entre distintas tiendas, entre las que se están Amazon e IndieBound. "Será cuestión de esperar y ver si esta editorial incluye un botón de venta directa" –concluye.
 


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