Finalizada la TOC Conference de Nueva York de este año, Joe Wikert publica un artículo en el que resume los cinco aspectos que más se debatieron durante su celebración. Entre ellos, figuran el estado inicial en el que se encuentra el sector editorial en estos momentos de cambios de paradigmas, la importancia de las empresas innovadoras de reciente creación o la relevancia de crear una comunidad.

Wikert está convencido de que a pesar de los cambios tan rápidos que se están produciendo en el sector editorial, la industria sigue moviéndose muy lentamente y todavía quedan muchos novedades por venir.

Cree que sería un gran error pensar que la innovación vendrá de las viejas glorias del sector editorial, ya que las cosas más emocionantes provienen de empresas innovadoras de reciente creación. Le resulta sorprendente que grandes grupos editoriales no se hayan comprometido con ninguna de estas startups. En ocasiones, comenta, se las ve como intrusas que no saben cómo funciona esta industrial. Algo que este especialista considera como uno de sus atributos más importantes, ya que no traen nociones preconcebidas al nuevo terreno de juego. “Necesitamos más líderes que no tengan miedo a cambiar e incluso a romper las reglas” –dice. Por lo que anima a que estas grandes editoriales identifiquen y entren en contacto con alguna de esas empresas nuevas por lo menos una vez al mes, ya que pueden aprender mucho e incluso encontrar maneras muy interesantes en las que trabajar en conjunto.

La tecnología es importante, pero no en sí misma. Wikert comenta esos casos en los que un libro enriquecido se ve reducido a una versión impresa llena de botones, iconos y gráficos, que no ayudan en absoluto a la experiencia lectora. Aún así destaca el caso de Mark Waid, que se centró en el usuario y creó un cómic que se asemeja a uno tradicional pero con ciertas mejoras, que hacen de su lectura en una tableta una experiencia tan atractiva, que difícilmente se podría conseguir algo parecido en su versión en papel.

También aconseja a las editoriales, que se centren en aquello que mejor puedan realizar y que externalicen el resto del trabajo. En estos momentos de crisis en el sector, explica Wikert, muchas editoriales se ven en la necesidad de reducir sus platillas, por lo que es necesario tener muy claro qué es aquello en lo que se destaca y delegar el resto de las tareas en empresas externas especializadas.

Por último, este especialista destaca la importancia de crear en primer lugar una comunidad de usuarios-consumidores, para más tarde centrase en el comercio electrónico. Se han dado casos –explica–, en los que grupos editoriales han creado sus propias plataformas de venta y han sido incapaces de atraer a los consumidores que siguen acudiendo a compañías como Amazon. En su opinión, lo que deben hacer es dar a los clientes una razón para que se acerquen a ellos. “Sólo vender libros en tu página web no es suficiente” –asegura.

Los editores deben plantearse preguntas del tipo qué servicios pueden ofrecer a sus clientes en sus webs y cómo pueden hacer que sus páginas sean más atractivas que las de cualquier otro minorista. Y la respuesta Wikert la tiene clara: primero crear una comunidad y luego centrarse en el ecommerce.