Joaquín Rodríguez, responsable del blog Los futuros del libro, está convencido de que el futuro de las librerías es híbrido en el sentido de que estas ya no serán un lugar donde sólo se vendan libros de sellos generalistas.

 

Para el experto en temas relacionados con la edición, la cultura y la economía digitales, las librerías sobrevivirán si son capaces repensar el lugar que deberían tener en una nueva cadena de valor.

 

 

Durante una visita a Casa del Lector, en una entrevista realizada por la Fundación, Joaquín Rodríguez sostiene que actualmente un librero debe preguntarse qué clase de servicio añadido está generando distinto del que ofrecen las plataformas digitales.

 

Asegura que ahí es donde entra el concepto de hibridación de la librería tradicional, ya que "las librerías generalistas, es decir aquellas que pueden ser casi franquicias de grandes sellos editoriales, pierden toda su razón de ser, porque eso lo podría hacer cualquiera".

 

En ese sentido afirma que "espacios mucho más especializados que tengan un tipo de selección o de oferta muy concreta dirigida a un público muy específico que además de esa oferta seleccionada genere en torno de ese objeto una experiencia de compra muy particular, podemos hablar de conferencias, encuentros, clubs de lectura, conciertos, cafés, todo aquello que rodea esa experiencia de compra y que además genera el sentido de pertenencia y de comunidad a esa experiencia, es posible que en alguna media pervivan, sobrevivan".

 

Igualmente recuerda que también "debemos valernos de las herramientas digitales, por supuesto, ahí también entra el sentido de hibridación".

 

Sostiene que eso puede hacerse al menos de dos maneras. Por una parte utilizando herramientas tecnológicas como las redes sociales "para generar comunidad, para generar afinidad electiva, es decir para ser capaces de convencer a unos centenares o a unos miles de personas, de lectores, a que siempre acudan a ese mismo punto, de manera que justifique mi existencia como profesional". Por otra parte generando, normalmente en coalición con muchos otros libreros especializados, o de otro tipo, "una masa crítica suficiente de contenidos que yo pueda canalizar su venta a través también del entorno digital, compitiendo, en alguna medida con lo que otras grandes plataformas generalistas pudieran hacer".

 

"Por tanto –subraya Rodríguez–, cuando hablo de librerías híbridas en realidad de lo que estoy hablando es de una librería que sea capaz de repensar el lugar que debería tener en una nueva cadena de valor en la que es muy sencillo virtualizar el objeto". 

 

Teniendo presente que una plataforma lo que no puede dar es una experiencia de compra como la que puede dar un punto físico, Rodríguez afirma que "en ese punto físico tengo que pensar cuáles son esas experiencias que yo puedo ofertar (experiencias culturales, personales, de asesoría, de encuentro, de rediseño de los espacios en donde ya no haya solo estanterías con libros...) y también de qué forma puedo utilizar internet, redes sociales, plataformas de venta en mi propio beneficio. A eso le llamo yo librería híbrida".