Un estudio realizado por la empresa de investigación Playcollective sobre los hábitos de lectura digital entre los consumidores más jóvenes, muestra que dispositivos digitales como tabletas y ebooks ganan cada vez más adeptos entre aquellos lectores menores de trece años. Los padres, por su parte, manifiestan su confianza en el valor educativo de estos nuevos soportes.
Alison Bryant, directora ejecutiva de esta compañía, informa que dos tercios de estos jóvenes menores de trece años lee en dispositivos digitales y reconoce que les encanta esta experiencia lectora. Algo que en su opinión resulta muy beneficioso para ayudar a los diseñadores y creadores de lectores y libros electrónicos a seguir con su investigación en este campo.
Mercy Pilkington recoge en un artículo publicado en Goodereader las conclusiones más reveladoras de este estudio:
- La lectura digital crece cada vez más en este sector de la población y algo más del noventa por ciento de los niños menores de trece años encuestados reconoce leer en algún dispositivo digital por lo menos una vez a la semana.
- Un cincuenta por ciento de los niños con edades comprendidas entre dos y cinco años lee diariamente en formato digital, algo que comparte un cuarenta y cuatro por ciento de los niños con edades superiores.
- Casi la mitad de los padres dice que su hijos han pedido la versión impresa de un ebook que ya tienen y que han leído y algo más del cincuenta por ciento ha pedido la versión digital de un libro impreso.
- Las tabletas siguen siendo el dispositivo estrella entre los pequeños.
- El dinero que los padres invierten en libros electrónicos infantiles ha aumentado de manera constante durante el último año, con un gasto medio de 7 dólares, unos 5 euros. Confiesan que están dispuestos a pagar por un ebook entre 3,5 dólares, poco más de 2,5 euros y 9 dólares, algo más de 7,5 euros.
El mercado digital de libros infantiles ha experimentado un crecimiento enorme en los últimos dos años –informa Pilkington– algo que sorprende gratamente cuando, en los inicios de la edición digital, los niños y los adolescentes eran los grupos demográficos menos inclinados a leer en formato digital.
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