Más de la mitad de los editores franceses, entre ellos las grandes empresas de edición y las de mayor facturación, dispone de oferta de libros electrónicos, aunque una cuarta parte no contempla en absoluto su desarrollo a medio y largo plazo mayormente por las dificultades para la obtención de derechos digitales, el coste, los modos de comercialización o la fabricación.

 

Estos datos surgen del primer barómetro sobre la oferta de libros electrónicos realizado en Francia por KPMG, empresa de servicios de auditoría, fiscales y de asesoramiento legal, financiero y de negocio, enfocado a la oferta digital y su impacto en las cuentas de los editores. Hasta ahora los estudios se habían centrado en la demanda y uso y arroja luz sobre los perfiles de los editores que tienen oferta de libros electrónicos y los que no, sus dificultades, sus reticencias y sus factores clave de éxito.

 

La encuesta, disponible en este enlace,  fue realizada entre noviembre de 2013 y enero de 2014, a partir de un cuestionario en línea, distribuido a ciento treinta y ocho editoriales. El análisis se basa en cincuenta y seis respuestas (cincuenta y una de editores independientes y cinco de grupos). Estuvieron representados todos los sectores editoriales, encabezados por la literatura, libros para juventud y libros escolares. 

 

 

El 62,5 por ciento de los editores consultados dispone de oferta de libros electrónicos, frente al 37,5 por ciento que no. Entre las editoriales que sí, están las grades casas de edición y las de mayor facturación.

Más de la mitad de los encuestados prevé desarrollar la oferta de libros electrónicos a corto o medio plazo (menos de un año o de 1 a 3 años). Pero un 23,8 por ciento no lo contempla en absoluto y un 19 por ciento no sabe si lo hará. Entre las razones para el rechazo, destacan las dificultades técnicas, la falta de medios adecuados o la aversión al libro electrónico. A medio y largo plazo, se señalan las dificultades para la obtención de derechos digitales, el coste, los modos de comercialización o la fabricación. La oferta de libros digitales se ha ido produciendo siempre precedida por el lanzamiento de lectores o dispositivos de lectura.

Poco más del 10 por ciento de los encuestados considera que sus libros electrónicos están enriquecidos con respecto a los libros en papel (el 42,9 por ciento responde que a veces y otro 42,9 por ciento que nunca), mayoritariamente con enlaces a internet o con el añadido de vídeo o audio. Los principales usuarios del libro enriquecido son el turismo y guías prácticas, la literatura y el libro escolar.

Los libros digitales son principalmente obras de menos de cinco años y las novedades salen frecuentemente en papel y en digital a la vez.

La realización o enriquecimiento de los libros electrónicos se afronta de distinta manera según el tamaño de la editorial: las pequeñas privilegian a los servicios técnicos del libro; las medianas externalizan la realización sobre todo con servicios multimedia; mientras que las grandes editoriales lo asumen internamente o recurren a servicios de la cadena del libro.

Tan solo una cuarta parte de los encuestados (25,7 por ciento) edita libros únicamente en versión digital, sobre todo por motivos de estrategia editorial.

 

 

Mayoritariamente (74,3 por ciento) los editores fijan el precio del libro electrónico como un descuento en relación al libro en papel, sin que por lo general se revise el precio cuando sale en formato de libro de bolsillo.

Sea cual sea el tamaño de la editorial, los principales clientes son dos: Amazon y Apple. Los grupos tienden a privilegiar a los e-distribuidores, mientras que las editoriales independientes recurren sobre todo a plataformas de intermediación. 

La promoción se afronta mayoritariamente a partir del título, muy por delante de la colección (juventud) o la marca (escolar).

Entre los canales de promoción, los más utilizados son sitios de internet o blogs (22,9 por ciento), boletines y correos a clientes (20,3 por ciento), hojear en línea (19,5 por ciento) y redes sociales como Facebook (17,8 por ciento). Estos medios varían en función del tamaño de los editores

 

La mayoría de los editores opta por alguna solución de lucha contra la piratería, como DRM (43,2 por ciento) o Watermarking (35,1 por ciento), aunque no faltan editores que no adoptan ninguna solución por considerarlas ineficaces o contrarias a su política de ventas.

Los formatos más utilizados son EPUB (53,6 por ciento) y PDF (33,9 por ciento).

Los metadatos se consideran esenciales para aumentar la visibilidad, usándose especialmente metadatos descriptivos de identificación básica.

 

 

El volumen de ventas es aún débil, pero proporcional al tamaño de los editores. Tan solo para la cuarta parte de las grandes editoriales el importe anual de ventas digitales sobrepasa los 3 millones de euros.

Para la casi totalidad (97,1 por ciento), las ventas de libros electrónicos constituyen únicamente una fuente de ingresos complementaria al papel, que representan porcentajes inferiores al 10 por ciento.

Aunque la actividad digital se gestiona con los mismos esquemas que la venta de libros en papel, se está generando una organización contable específica. Cualquiera que sea el nivel de gastos contraídos hasta el momento (digitalización, investigación y desarrollo...), los editores han generado un volumen de ventas suficiente como para amortizarlos.

 

Los derechos de autor para la edición digital son mayoritariamente negociados (94,1 por ciento) a la vez que los derechos en papel. Los derechos de autor son similares en papel y electrónicos (en un 54,2 por ciento de los casos) o superiores (45,8 por ciento) a los digitales.

 

Los principales frenos para el desarrollo del libro electrónico se ven de distinta manera según el perfil de los editores: mientras que los dedicados exclusivamente al papel están preocupados por la pérdida de control del mercado y por las dificultades jurídicas, para los editores electrónicos el primer temor es el precio. Aun así, todos creen en el desarrollo del libro electrónico, previendo que acaparará más del 15 por ciento del mercado del libro.