Los bibliotecarios están capacitados para ofrecer recomendaciones y apoyo sobre aplicaciones nativas para móviles debido a su experiencia para la selección y la curación de contenidos, opina Jennifer Driscoll, de la Biblioteca Pública de Pasadena (Estados Unidos). Durante la conferencia virtual The Digital Shift: Libraries @ the Center, Driscoll y Ann Marie Hurtado compartieron las actividades que realizan en su biblioteca y explicaron diferentes aspectos a tener en cuenta para poner en marcha un servicio de recomendación y asesoramiento de apps para niños y sus padres, que recoge Carolyn Sun en The Digital Shift.

 

Los cuatro pilares de este servicio de asesoramiento, denominado Appvisory Service, son los siguientes: eStorytime, Apply Hour, puestos de consulta de iPads en la sala infantil y presencia online. Poner en marcha este servicio requiere una considerable inversión en hardware y equipamiento, recordaron Driscoll y Hurtado.

 

La Biblioteca Pública de Pasadena adquirió quince iPads y protectores para cada uno de ellos, auriculares, dispositivos de seguridad para bloquear los iPad, Apple TV, proyector y cables para conectar el iPad al proyector. Además, tuvo que montar redes inalámbricas especiales, configuradas con contraseñas a las que solo el personal tiene acceso. En esta fase es importante contar con personal especializado en la biblioteca para poner en marcha la infraestructura inicial.

 

La actividad eStorytime [la hora del cuento] está dedicada a los niños de preescolar y sus cuidadores. Se inicia con una canción de bienvenida y una app interactiva que introduce el tema. Durante el transcurso de la actividad se utilizan libros impresos y apps. Para finalizar, se recomienda a los padres las apps que se han utilizado. Durante las actividades con tecnología siempre hay algo que falla, así que Hurtado y Driscoll recomiendan tener libros impresos cerca para cubrir los posibles imprevistos.

 

Apply hour es un programa para que los niños en edad escolar y sus padres descubran nuevas aplicaciones. En él, las bibliotecarias muestran a través del proyector las aplicaciones que van probando en el iPad para que los asistentes a la actividad puedan verlas. También se les permite probarlas durante diez minutos. Previamente a la actividad, es necesario que el bibliotecario esté familiarizado con las apps. Los asistentes a la actividad no se van con las manos vacías: vuelven a sus casas con las recomendaciones.

 

En la puesta a punto de los puestos de consulta de iPads en la sala infantil de la biblioteca, Driscoll recomienda utilizar dispositivos para anclar las tabletas a las mesas y deshabilitar la App Store, el navegador Safari y también YouTube por motivos de seguridad. Para ello hay que tener en cuenta que pueden necesitarse auriculares y que será interesante recoger estadísticas de uso y delimitar cuánto tiempo utilizará un iPad cada niño.

 

En cuanto a la presencia online, en esta biblioteca se utiliza la red social Pinterest para recopilar las apps utilizadas durante las actividades.