Hartas de ver cómo el mundo de la literatura infantil y juvenil en los Estados Unidos está dominado por hombres blancos, las novelistas
Ellen Oh y
Lamar Giles han creado la organización sin ánimo de lucro
We Need Diverse Books [Necesitamos libros diversos], a través de la que están poniendo en marcha varias iniciativas para estimular la diversidad en la literatura infantil, según informa la periodista Sarah Seltzer.
Esta organización inició su actividad en abril de 2014, informa Seltzer, durante la feria
BookCon. En ella se organizó un panel de famosos autores de libros infantiles en el que solo intervenían hombres blancos. Entonces comenzó a circular en Twitter la etiqueta #WeNeedDiverseBooks, relata Seltzer, a modo de protesta.
Son varias las actividades que promueve
We Need Diverse Books: en octubre de 2014 lanzó una campaña para recaudar fondos a través de la plataforma de crowdfunding
Indiegogo. Con ellas quieren convocar los premios y becas
The Walter Dean Mywers, desarrollar un programa interno para ayudar a diversificar la edición.
Sin embargo, el problema es mucho más profundo, constata Seltzer, y está enormemente extendido. De los 3.200 libros infantiles catalogados por el
Cooperative Children’s Book Center (CCBC), solo 68 habían sido escritos por
autores negros y 93 tenían
protagonistas negros.
Las cifras se reducen mucho más cuando se trata de asiáticos, latinos o indios americanos, revela Seltzer. Kathleen T. Horning, directora del CCBC, denuncia que el hecho de que la población estadounidense sea cada vez más diversa no se refleja en los libros para niños.
La diversidad y la inclusión son temas que cada vez preocupan más en la literatura infantil y juvenil en todo el mundo.
Recientemente se informaba en
Lectura Lab sobre el encuentro
A Place at the Table, en el que se debatieron los puntos clave para la redacción de una carta con estrategias que los
editores pueden poner en marcha para publicar libros más diversos e inclusivos.