La publicación Library Journal, junto con Gale, proveedor de recursos de investigación para bibliotecas y una parte de Cengage Learning, han realizado un estudio para comprobar la relación existente entre las bibliotecas universitarias y los miembros de las facultades y como ésta puede mejorarse. En un artículo de Meredith Schwartz publicado Library Journal se ofrece un resumen de las conclusiones a las que se han llegado, además aportar algunas sugerencias.

Tanto los profesores universitarios como los bibliotecarios están de acuerdo en que uno de los servicios esenciales que se proporciona en las bibliotecas universitarias es la formación de los estudiantes en alfabetización informacional, pero no le dan la misma importancia.

Los bibliotecarios creen que los cuatro servicios esenciales que ofrecen son, por orden de importancia: la formación de los estudiantes en alfabetización informacional, el desarrollo de las colecciones relacionadas directamente con los programas de estudio, ayudar a los estudiantes de forma personalizada para la realización de las investigaciones y por último, el desarrollo de las colecciones específicas de cada disciplina.

Sin embargo, los miembros de la facultad no están de acuerdo con esta clasificación, ya que en su opinión, el trabajo que desempeñan para desarrollar las colecciones en apoyo al currículo y de las colecciones especializadas es insuficiente.

En lo que se refiere al apoyo de la biblioteca en materia de investigación, los miembros de la comunidad universitaria lo consideran de suma importancia algo que los bibliotecarios colocan en un quinto lugar.

Aunque los profesores universitarios están de acuerdo en la importancia de la formación en alfabetización informacional, dan una mayor importancia al desarrollo de otros servicios, como por ejemplo: la recopilación de datos, la gestión de las subvenciones y el desarrollo de los repositorios institucionales.

La colaboración y comunicación son verdaderamente los puntos clave de esta relación entre los bibliotecarios y los miembros de la facultad. Ambos destacaron la falta de contacto personal entre unos y otros, por lo que la comunicación y la colaboración en ocasiones son inadecuadas. Desde un punto de vista físico, los bibliotecarios no abandonan la biblioteca y los profesores ya no sienten esa necesidad de acudir a ella en persona, por lo que la comunicación, muchas veces, se realiza a través del correo electrónico.

Por lo tanto –señala la autora del artículo– las estrategias que se proponen para producirse un cambio están en mejorar esa comunicación además de conseguir más dinero, más tiempo y más personal.

Por parte de los bibliotecarios se recomendó su participación en una amplia gama de actividades existentes a nivel institucional, no sólo en las reuniones de los departamentos sino también en los comités de desarrollo curricular, en la orientación para nuevos profesores o en los planes de mejora de la calidad de todo el campus.

También se propone la creación de nuevos mecanismos para conectar a los bibliotecarios con el profesorado tanto en línea como de forma presencial y no solo en la biblioteca o en los departamentos, sino también en espacios neutros.

Un encuestado –señala Schwartz– sugirió la creación de una colaboración para crear colaboraciones, es decir, cree importante la formación de un comité o algún tipo de grupo compuesto de profesores y bibliotecarios, que podría crear programas para favorecer la unión entre miembros de la universidad y las bibliotecas.

Los espacios físicos neutros serían para fomentar la interacción informal y así propiciar la aparición de oportunidades para el desarrollo y mejora de las relaciones.

Por último, hubo bibliotecarios que señalaron una falta de respeto a sus conocimientos por parte de miembros de la facultad, algo que quizá se deba –aclara Schwartz– a la falta de un estatuto docente y a que muchos de ellos no tengan un doctorado. Para cambiar esta actitud se sugirió pedir a los profesores universitarios que trabajaran en estrecha colaboración con los bibliotecarios y que abogasen en nombre de la biblioteca.