Los códigos QR no son tan sencillos de utilizar en la práctica como puede parecer en un principio. Es cierto que en un minuto se puede generar un código QR con cualquiera de las muchas herramientas existentes en línea, pero la aplicación práctica requiere algo más: conocer el medio en el que se van a visualizar —que normalmente será un smartphone o una tableta— y evitar que se conviertan en una mera decoración que nos haga parecer más cool. Para quienes aún no hayan trasteado con los códigos QR recomendamos la lectura de este artículo antes de continuar.
Por eso es conveniente apuntar algunas claves para no meter la pata hasta el fondo al utilizarlos:
- Cumplir una utilidad, que puede ser enlazar con una web, contener un texto informativo o curioso, dirigir a una posición en el mapa, etcétera. Un código QR que no cumple ninguna función puede decepcionar a quien lo descifra, algo similar a cuando se encuentra el cofre del tesoro y al abrirlo no contiene nada. Imaginad que al entrar en cada sala de la biblioteca aparece un código QR y al descifrarlo solo contiene el logotipo de la biblioteca… ¡menuda desilusión!
- Adaptarse al medio en que va a ser visualizado el contenido. Los smartphones, el dispositivo móvil más popular en este momento, tienen pantallas pequeñas, y se utilizan en situaciones de movilidad, por lo que será necesario evitar que contengan textos largos o que dirijan a documentos electrónicos diseñados para ser impresos, como trípticos o artículos de revista a varias columnas. También es muy recomendable que, al enlazar con un sitio web, esté adaptado para dispositivos móviles. De esta forma mejorará sustancialmente la experiencia de quien descifre el código.
- Pensar en el contexto de quien lo lee. ¿Dónde se puede colocar un código QR? Las opciones son muchas: en carteles, camisetas, folletos impresos, un sitio web… incluso en el suelo, como muestra este vídeo. Por tanto el código QR se convierte en una herramienta estupenda para conectar el medio físico con el virtual, dirigiendo al usuario de uno a otro. Pensar en el contexto significa también pensar en que el contenido esté en consonancia con él.
El Grupo Web móvil de la Universidad Politécnica de Valencia, (Véase la entrevista en la web de la Fundación) sugiere en un artículo publicado por la revista internacional Serials ( pdf) algunos posibles usos de los códigos QR en bibliotecas:
- Para enlazar a la versión móvil desde la web.
- En cartelería, para mostrar horarios.
- En guías impresas, para enlazar a la versión digital.
- Enlaces a recursos para móviles.
- Enlaces a una consulta al catálogo, para mostrar listados de documentos.
- Descarga de documentos (mapas de estanterías).
- En actividades culturales.
Generar un código QR es sencillo, pero hacerlo de manera que sorprenda es cada vez más difícil. Es necesario utilizar la imaginación, procurar que sea útil o convertirlo en un juego, pero intentando siempre que cumpla las expectativas de quien lo descifra. |
