Entre las diez cosas que posiblemente desconozcan los usuarios sobre el préstamo y usabilidad de los ebooks en las bibliotecas públicas del Reino Unido destaca el hecho de que estas aún no tienen derecho a prestar los libros electrónicos.
En un artículo que publica Helen Leech en Futurebook se refiere a los argumentos de Ivonne Morris, del CILIP (Chartered Institute of Library and Information Professionals), sobre los derechos relacionados con la lectura electrónica en las bibliotecas públicas en el contexto de la campaña de EBLIDA por el derecho a la e-lectura, que pretende un cambio en la ley europea de derechos de autor para que las bibliotecas puedan adquirir y prestar libros electrónicos.
El resumen sobre la diferencia del tratamiento entre libros impresos y ebooks actualmente en las bibliotecas es el siguiente:
- Las bibliotecas no tienen derecho a prestar ebooks.
- A los escritores se les paga cuando se presta su libro en formato papel, pero no se si se trata de uno electrónico.
- No se pueden tomar presados ebooks de la biblioteca para un dispositivo Kindle.
- Las personas con serias deficiencias visuales lo tienen muy difícil para hacerse con un audiolibro o un ebooks debido a problemas con el sistema de registro y al DRM.
- Nadie puede sacar prestado un ebook en una biblioteca pública a menos que el usuario lleve su propio dispositivo.
- Las bibliotecas no son las responsables de alojar o de prestar los libros electrónicos, ya que no cuentan con la tecnología necesaria. Son empresas externas las que se encarga de ello.
- No pueden comprar ni ser propietarias de los ebooks. Si un servicio bibliotecario cambia de proveedor, pierde todos los libros que ha adquirido y por los que había pagado.
- Un ochenta y cinco por ciento de los libros más vendidos o que más buscan los usuarios no están disponibles en las bibliotecas. Los editores siguen preocupados de que los préstamos de ebooks afecten a sus ventas.
- Muchos servicios bibliotecarios se están centrando en ayudar a sus usuarios a iniciarse en el formato digital. Para ello, realizan talleres, ofrecen formación y asesoramiento e incluso prestan dispositivos móviles a los usuarios.
- Las bibliotecas públicas en el Reino Unido se gastan más de noventa millones de euros en libros al año y unos dos millones en ebooks.
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