Más de setenta bibliotecas de Estados Unidos y Canadá han presentado una declaración conjunta en la que exigen mejores servicios para los libros electrónicos con el fin de levantar las restricciones de contenido y hacer que el servicio de préstamo no sea una tarea tan “engorrosa”.
Esta declaración, en la que se recogen cuatros principios que estas bibliotecas consideran básicos, ha sido elaborada y distribuida por la Biblioteca Pública de Nueva York (NYPL), según ha manifestado Christopher Platt, director interino de las Colecciones y Circulación de la NYPL.
En su intervención en la BookExpo America (BEA), Platt 2012 ha aprovechado la ocasión para abodar el tema. “Muchos de nosotros estamos en la BEA y contamos con el tiempo suficiente para dirigirnos a estos distribuidores, hablar con ellos y expresarles nuestras preocupaciones" -dijo.
Los cuatro principios que exigen estas bibliotecas para sus usuarios y que Michael Kelley recoge en un artículo en The Digital Shift, son los siguientes:
- Que los usuarios puedan buscar y revisar un único catálogo con todo lo que ofrecen estas bibliotecas de una sola vez. En él se incluirán libros electrónicos, colecciones físicas, programas, blogs, etcétera. En estos momentos, los proveedores de contenido sólo permiten realizar búsquedas dentro de los productos que venden, privando a los usuarios de la experiencia completa que ofrece la biblioteca.
- Realizar reservas, revisar materiales, comprobar su disponibilidad y recibir notificaciones en los catálogos individuales de la biblioteca o en el lugar que ésta crea conveniente, sin tener que entrar en distintas páginas web. Las bibliotecas, y no los distribuidores, deberían gestionar todas las interacciones con los usuarios.
- Disfrutar de una gran variedad de contenido electrónico. Para ello, las bibliotecas deben poder elegir el contenido, los dispositivos y las aplicaciones de cualquier proveedor o de un grupo de proveedores, sin que ello limite la capacidad que tienen de ofrecer el contenido que han comprado en las plataformas que elijan.
- Descargarse libros electrónicos compatibles con todos los lectores, desde Kindle a Nook pasando por iPad.
Todas las bibliotecas que apoyan esta declaración darán prioridad a estos cuatro requisitos a la hora de adquirir libros electrónicos y otros contenidos digitales.
Los proveedores, apuntó Platt, han intentado hacer sus plataformas como si fueran bibliotecas, pero a los usuarios se les saca de la página de la biblioteca y se les segrega del resto de las colecciones y de la experiencia bibliotecaria. “Tenemos que asegurarnos de que no estamos segregando a nuestros usuarios a un lugar del que no podemos traerlos de vuelta a la experiencia que queremos que tengan” -subrayó.
Cuando a un usuario se le envía a otra plataforma, comenta Platt, éste buscará dentro del marco de ese contenido electrónico, y se estará perdiendo otro. Este directivo de la Biblioteca Pública de Nueva York cree que ahora es el momento de echar un vistazo general y de decidir cómo quieren las bibliotecas que se desarrolle la tecnología y el modelo de negocio. “Y no estamos hablando sólo de los editores” -apostilló Platt.
Véase Lectura Lab:
Christopher Platt: el desafío de la biblioteca es llegar a los usuarios dónde estén.
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