Descubribilidad, un término muy de moda en el sector editorial, parece haberse encontrado con la voz discordante de Martyn Daniels, un especialista en publicación digital, que se mantiene escéptico ante todas las expectativas y ruido que se levanta en torno a este nuevo concepto. Daniels no ve el sentido a tanta página web, aplicación y plataformas que prometen al consumidor encontrar aquellos libros que verdaderamente quiere leer.

Un artículo de Edward Nawotka y de Mark Piesing publicado en Publishing Perspectives analiza los fundamentos en los que se basa Daniels para afirmar que todo el entramado que se ha generado en torno a esta idea, no tiene ninguna justificación.

Para este especialista es muy sencillo saber el número de veces que una aplicación se ha descargado, pero resulta muy complicado cuantificar su valor. Los consumidores no tienen ningún problema para encontrar libros nuevos, cuentan con un montón de herramientas para ello. Y aún así no dejan de aparecer otras. “Todo el mundo quiere estar en este mundo de la descubribilidad y no entiendo dónde está el beneficio” –señala.

Por un lado están las aplicaciones –comenta–, las cuales pueden desarrollarse gracias a un presupuesto más bien modesto. Pero Daniels plantea ciertas dudas cuando se invierten millones de dólares para la creación de páginas web, como por ejemplo Bookish o Small Demons, y más adelante éstas confiesan que el éxito obtenido ha sido más bien modesto. “ Será este nuevo término el último eslogan para exigir nuestra atención y nuestro dinero” –añade–.

Quizá el fallo radique –sostiene Daniels–, en que conceptos como publicidad, reseñas, ventas al por menor o marketing se han adaptado al mundo físico y el digital lo que necesita es cierta innovación también en el lenguaje. Por tanto, concluye, un término como descubribilidad es muy posible que sea la evolución comprimida de todas estas ideas.