Christoper Platt, director interino de Colecciones y Circulación de la Biblioteca Pública de Nueva York, defiende la idea de que actualmente el gran desafío de las bibliotecas es llegar a los usuarios, allí donde estén, aprovechando las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. En ese sentido estuvo orientada su participación en las 19ª Jornadas de Bibliotecas Infantiles, Juveniles y Escolares  que se celebraron en el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil (CILIJ) de la Fundación en Salamanca del 2 al 4 de junio.

 

Platt, en su conferencia desarrollada bajo el título: ‘Engaging the Library Patron Who Isn’t There’ [“Involucrando al usuario de la biblioteca que no vemos”] detalló los esfuerzos que ha hecho últimamente la Biblioteca Pública de Nueva York para “estar allí donde los usuarios quieren encontrarnos”. Para ello, entre otras acciones, han comenzado a enviar boletines por correo electrónico y han creado “una enorme variedad de canales y blogs destinados a canalizar la experiencia de los bibliotecarios y a promocionar el conocimiento y el uso de nuestras colecciones más allá de los muros de la biblioteca”.

 

Platt lleva más de veinte años trabajando en el sector bibliotecario y es un experto en la aplicación de estrategias basadas en canales y recursos on line para el desarrollo de servicios bibliotecarios.

 

En su intervención, Platt habló sobre los principales retos que afrontan las bibliotecas en relación con la incorporación de los libros electrónicos en sus colecciones y la implantación de servicios y canales de comunicación online, como una parte fundamental de la oferta que se pone a disposición de los usuarios. Ilustró su exposición con ejemplos de las iniciativas desarrolladas en este terreno por la biblioteca de Nueva York, una institución de referencia mundial en su ámbito de trabajo.

 

 

 

 

Platt comenzó diciendo que, en el contexto bibliotecario, “el debate en torno a los eBooks y las formas de involucrar a los usuarios en el entorno digital son asuntos de interés generalizado”. También afirmó que  “parece obligado analizar seriamente cuál es el papel que puede jugar la biblioteca” en apoyo de un proceso en el que “las personas se desenvuelven en un mundo cada vez más ‘en línea’, y todos esperamos que los niños y los jóvenes estén cada día más capacitados para leer y escribir en el entorno digital y tener éxito en la escuela, en la carrera y en la vida”.

 

 

“No es una cuestión nueva –aclaró–, se trata de atender adecuadamente a necesidades que están en constante evolución. Mi biblioteca –añadió– ha experimentado cambios drásticos en los últimos años, en parte motivados por las presiones derivadas de recortes presupuestarios, pero la mayoría derivados de un realineamiento estratégico que, con visión de futuro, pretende dedicar la mejor atención a los usuarios, y en el cual las iniciativas pensadas para motivarlos a participar en entornos en línea son un componente muy importante”.

 

“Cuando el usuario entra en uno de nuestros edificios repartidos por Manhattan, el Bronx y Staten Island –apuntó–, estamos allí, en nuestro punto de servicio, listos para atenderlo. Pero ¿hasta dónde somos capaces de hacerlo, sin mermar la calidad, cuando ese usuario quiere hacer uso de nuestros servicios desde su propio punto de servicio?”.

 

A partir de esta introducción, el experto norteamericano abordó en primer lugar diversos aspectos relacionados con la colección digital de la biblioteca y la arquitectura web que la gestiona y la pone a disposición del público, para continuar después con una serie de reflexiones y ejemplos sobre la combinación de oportunidades y riesgos que encuentra la biblioteca para relacionarse con sus usuarios dentro de una dinámica social y unos hábitos globalizados que promueven el uso de servicios, canales y recursos en formato digital.

 

En relación con los eBooks y las webs de la NYPL, Platt explicó que “hace dos años, se llevó a cabo un estudio intensivo de nuestro sitio web que condujo al rediseño que puede verse hoy. Hemos ampliado la emisión de boletines por correo electrónico y creado una enorme variedad de canales y blogs destinados a canalizar la experiencia de los bibliotecarios y a promocionar el conocimiento y el uso de nuestras colecciones más allá de los muros de la biblioteca. […] Esto es sólo una parte del esfuerzo dirigido a estar allí donde los usuarios quieren encontrarnos”.

 

“La biblioteca ofrece desde 2004 la posibilidad de descargar libros electrónicos, audiolibros, música y vídeos. Desde ese año –explicó– nuestras colecciones digitales han crecido en tamaño y temática hasta llegar a ser las más utilizadas de toda la red de bibliotecas de los Estados Unidos. Uno de los mayores retos es la permanente expectativa de los usuarios en relación con nuestra oferta; por cada nuevo contenido digital que desarrollamos, la reacción habitual es: - Esto está muy bien. ¿Qué es lo siguiente?”.

 

Platt señaló que la Biblioteca ha visto cómo, en los últimos meses, tanto el número de consultas a sus webs (en enero de 2011 tenían ya un índice medio de 4.600 usuarios al día) como la demanda de préstamos digitales han crecido enormemente. En este punto, mencionó el servicio de venta que ofrece la posibilidad de comprar el eBook que se está consultando, especialmente pensado para momentos en los que no se dispone de suficientes copias para satisfacer la demanda. De esa forma –dijo– “el usuario satisface su necesidad y la biblioteca y el editor recibe un pequeño porcentaje de la venta”.

 

Subrayó que esto, “que tal vez pueda resultar controvertido, sirve a dos propósitos y uno de ellos es satisfacer al usuario que no puede esperar. En lugar de desatenderlo y dejar que acuda a otro sitio para adquirir el libro que busca, le estamos diciendo: ‘Nosotros te conectamos con un minorista en línea’. Y le hacemos saber que su compra se traduce a la vez en un apoyo para la biblioteca. Y en segundo lugar, es un mensaje a los editores para demostrarles que las bibliotecas no suponen un problema para sus ventas al por menor. Muchos editores de libros electrónicos en los EE. UU. están preocupados por la forma que adoptará el mercado de libros electrónicos, y queremos eliminar la idea de que la gente dejará de comprarlos si puede acceder a ellos de modo rápido y gratis en la biblioteca”.

 

Platt aludió también a la conveniencia de simplificar el proceso a seguir por los usuarios para acceder a los activos digitales de la biblioteca, que puede resultar disuasorio cuando se convierte en algo tedioso y complicado. En ese sentido, puntualizó la necesidad de extremar la calidad de los contenidos de la colección, dando entrada a las sugerencias y aportaciones de los propios usuarios.

 

En cuanto a las estrategias para conseguir la participación de los usuarios, apuntó numerosas observaciones de las se ofrecen algunas de ellas:

 

“[…] El director de Programas para Niños, Adolescentes y Familias, Jack Martin, está promoviendo la implantación de iniciativas que consiguen transformar a los jóvenes usuarios de la biblioteca – consumidores de contenidos– en creadores de contenidos. […] Jack dice a menudo que si conseguimos que un adolescente vaya a la biblioteca y disfrute en ella de algo que pueda contar, al día siguiente volverá con sus amigos”.

 

Platt mostró ejemplos de proyectos creados bajo esta premisa: La inauguración de un canal en Youtube (ver aquí) a través del que los jóvenes opinan, con vídeos cortos de creación propia, sobre los libros de la biblioteca y los recomiendan a otros chicos y chicas.

 

Otra experiencia que relató es la del juego online interactivo que se creó para celebrar el centenario de la sede principal de la biblioteca. La parte más interesante de esta propuesta, que contó con la participación de quinientos jóvenes, consistía en pasar una noche en el edificio siguiendo, a través de smartphones, una serie de ‘pistas virtuales’ repartidas por diferentes espacios. El juego culminaba, la mañana siguiente, con la escritura conjunta de un libro, que pasaba a formar parte de la colección de la biblioteca. Para más información, pinchar aquí.