¿Es posible una biblioteca con un servicio de ventanilla, al estilo McAuto, a través del cual sus usuarios puedan devolver o recoger sus préstamos? Pues éste y muchos otros servicios son los que ofrecerá la nueva biblioteca de San Antonio tras dos años de renovación. La premisa fundamental de está la biblioteca es la de ofrecer aquellos servicios que respondan a las necesidades de la comunidad.

Ramiro Salazar, su director, está satisfecho de poner en marcha el primer punto de asistencia en ventanilla en una Biblioteca y explica, en un artículo publicado en la página web mySA, que se trata de un servicio que tiene todo su sentido ya que la gente, hoy por hoy, se encuentra en continuo movimiento.

Además de esta novedad, Salazar informa de que los siete millones de dólares que se han destinado para la renovación de este edificio, se han empleado en satisfacer las necesidades a partir de la opinión de sus habitantes.

El edificio cuenta con cinco áreas, a las que cualquier persona puede acceder, pero tiene su punto de mira en la tecnología y en la creación de contenidos dirigidos a los adolescentes.

1. Estudio digital. Se trata de un espacio en el que se ofrece el uso de tecnología para crear contenidos digitales.
2. Sala de lectura. Es el espacio más grande del edificio y contará con áreas de estudio, una sala wifi y pilas de libros.
3. Espacio multifuncional. Se puede dividir en dos áreas que pueden servir tanto como sala de estar, área de estudio adicional o sala de lectura
4. Zona infantil. Un espacio en el que los más pequeños pueden disfrutar de una historia digital o tradicional. Los niños contarán con la compañía de un cuidador y podrán utilizar tecnología en un laboratorio específico para ello.
5. Área juvenil destinada a jóvenes de entre 13 y 18 años. Es una zona en la que se muestran dispositivos y nuevas tecnologías además de las colecciones de la biblioteca.

Keri Moczygemba, gerente de la biblioteca, añade que muchas de las nuevas características de esta biblioteca se han aprobado en reuniones realizadas con la población. La biblioteca -concluye– quiere que la comunidad acuda a ella y diga la programación en la que le gustaría participar.